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Crédito: Freepik
En 2023 ya se batió un lamentable récord en la región de las Américas: se registró la mayor cantidad de casos confirmados de personas con el dengue, la infección viral transmitida por picaduras de mosquitos Aedes aegypti. Entre los 46 países y territorios que notifican, 43 tuvieron casos de dengue.
Se reportaron 4.150.724 casos confirmados desde enero pasado. Es el mayor número de casos en un año que se haya registrado desde 1980, informó la Organización Panamericana de la Salud a Infobae.
En julio pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había alertado que eso podía ocurrir, tal como lo informó Infobae. Antes, el año con más casos notificados había sido en 2019, con más de 3,1 millones. Del total de casos, 6.622 se reportaron como graves. Se informaron 2.025 muertes por dengue.
Durante más de cuatro décadas, la enfermedad fue creciendo en su impacto en más países, con más casos y más muertes. En 1990 fueron tan solo 27 países con 158.000 enfermos por dengue en un año. Este año, como se mencionó, son más de 4,1 millones.
(Getty Images)
“Los casos confirmados son solo la punta de un iceberg. Además de los más de 4,1 millones de casos reportados, se debería considerar también que hubo pacientes con síntomas de dengue que no llegaron a ser registrados, y que otras personas han tenido la infección sin manifestar síntomas. Es decir, los afectados por dengue este año en las Américas serían muchos más”, afirmó al ser consultado por Infobae el doctor Tomás Orduna, ex jefe del Servicio de Medicina Tropical y Medicina del Viajero en Hospital de Infecciosas F. J. Muñiz y miembro del comité científico de la Fundación Mundo Sano.
En la Argentina, este año fue la peor epidemia de dengue que se haya registrado en la historia del país, con 66 muertes. Ha sido “la de mayor magnitud y de mayor persistencia en comparación con las de 2015/2016 y 2019/2020″, informó el viernes pasado el boletín epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación, a cargo de Carla Vizzotti.
Desde la reemergencia de dengue en 1998 en la Argentina se han registrado 269.639 casos, de los cuales el 49% correspondieron a la temporada 2023.
REUTERS/Claudia Morales
En las Américas hay registros de la existencia del dengue al menos desde el siglo XVIII. Entre 1947 y 1970 hubo un intento de erradicar al mosquito Aedes aegypti, que también puede transmitir el dengue, el zika, la fiebre amarilla, y el virus mayaro. Se hizo un plan continental en base al uso del insecticida DDT. Para 1962, 18 países varias islas del Caribe habían logrado la erradicación.
Pero la estrategia se fue debilitando con el paso del tiempo. Perdió importancia política en la mayoría de los países que habían logrado la erradicación. La vigilancia decayó gradualmente hasta el punto de que las pequeñas reinfestaciones ya no podían detectarse, y la estructura centralizada del programa dio lugar a una lenta respuesta a las reinfestaciones.
“Otros factores que contribuyeron al deterioro del programa de erradicación fueron: el desarrollo de la resistencia de los mosquitos al DDT y a otros insecticidas organoclorados; los elevados costes materiales y salariales; la insuficiente participación de la comunidad o el apoyo del sector sanitario; y la falta de voluntad de algunos gobiernos para unirse a programas simultáneos”, según escribieron expertos de OPS en un artículo publicado en 2012 en la revista The American Journal of Tropical Medicine and Hygiene.
Hoy “el dengue es endémico y causante de epidemias que ocurren cada 3 a 5 años. Es una enfermedad transmitida por un mosquito que se encuentra ampliamente distribuido en el continente y tiene su hábitat dentro y alrededor de los hogares”, dijo a Infobae uno de los autores de ese trabajo, el doctor José Luis San Martín, que es asesor regional del Programa regional de Enfermedades Arbovirales de OPS en Washington, Estados Unidos.
“Entre los factores que han favorecido el aumento y la dispersión del mosquito están los ambientales, incluyendo los climáticos. Por ejemplo, el aumento de la temperatura en zonas consideradas frías la falta de saneamiento ambiental, y el crecimiento de las ciudades sin una planificación urbana sumado a un crecimiento poblacional”, explicó el doctor San Martín a Infobae.
En tanto, Orduna señaló: “Nuestra mayor preocupación es por el aumento de los criaderos de mosquitos de Aedes aegypti desde el sur de los Estados Unidos hasta el centro de Argentina y Chile. Hay más dengue porque se expandieron los lugares en los que hay criaderos de mosquitos”.
“También hay un cambio climático -añadió el especialista argentino- que favorece que los brotes se produzcan durante más tiempo. Por ejemplo en la Argentina, no había casos de dengue en invierno y este año no hubo corte. Existe el riesgo de que esa situación del dengue siga ocurriendo”.
El médico colombiano Alfonso Rodríguez-Morales, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Medicina del Viajero (SLAMVI), también subrayó la cuestión climática generada por actividades humanas que han aumentado la emisión de los gases contaminantes y han contribuido al calentamiento global.
“El cambio climático ha sido un factor muy importante, aunado a la falta de un control vectorial -es decir, del mosquito- que sea suficientemente efectivo, y a la falta de una vacuna eficaz”, indicó.
Brasil fue el país con más casos registrados de dengue (más de 2,9 millones). Allí hubo 1.011 fallecimientos. El doctor Dennis Minoru Fujita, investigador del Hospital de Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Pablo, con sus colegas publicaron recientemente un estudio sobre el récord en la revista Travel Medicine and Infectious Disease.
“Los cambios estacionales a lo largo del año sirven de obstáculo natural a la proliferación de insectos. Contribuyen a que el dengue sea contenido -señaló Fujita a Infobae-. Pero este año en Brasil no hemos experimentado un invierno excepcionalmente frío, que suele frenar la aparición de criaderos y la población de mosquitos. Por el contrario, fue uno de los inviernos más cálidos, caracterizado por 50 a 70 días de calor intenso y se alcanzaron temperaturas de hasta 30 grados en ciertas regiones de Brasil”.
Además mencionó que “la ocurrencia del fenómeno natural de El Niño provocó fuertes lluvias en algunas regiones del país. Estas lluvias inusuales crearon entornos favorables -combinando lugares de cría llenos de agua con altas temperaturas- para el nacimiento y la proliferación de mosquitos portadores del virus del dengue durante un periodo inusual para esta enfermedad”.
Para el futuro, los expertos enfatizan en que el compromiso de la sociedad es clave en el control de los mosquitos que transmiten el virus, desde los funcionarios públicos hasta la comunidad en general.
El epidemiólogo David Saúl Rodríguez Araujo, de la Secretaría Ejecutiva del Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica señaló que “es urgente evitar tantos casos como sea posible. Pero especialmente hay que evitar defunciones y el posible colapso de los sistemas de atención médica ante una ola que podría ser de dimensiones mayores a todos los brotes anteriores en el futuro”.
Se debería combinar “una estrategia combinada de gestión integrada de control de vectores y comunicación de riesgo para lograr la participación comunitaria, especialmente bajo el liderazgo de los niños, niñas y adolescentes”, subrayó Rodríguez Araujo, en diálogo con Infobae desde El Salvador.
“Hoy prácticamente es imposible erradicar a los mosquitos, pero sí se pueden combatir la existencia de criaderos. Es un problema muy complejo, y se necesita que los diferentes niveles de gobierno desarrollen continuamente campañas y que el sistema de salud cuente con profesionales bien remunerados y actualizados para diagnosticar y tratar a los pacientes a tiempo”, opinó el doctor Orduna.
Entre otros métodos, se desarrolla la estrategia de control biológico que produce mosquitos con una bacteria, llamada Wolbachia pipientis. Esto puede reducir los casos de personas afectadas por dengue.
Una nueva investigación del World Mosquito Program (WMP) y la Universidad de Antioquía, en Colombia, fue publicada en la revista PLOS Neglected Tropical Diseases. Se demostró que los casos de dengue han caído al nivel más bajo en 20 años en el Valle de Aburrá, Colombia, tras la liberación a gran escala de mosquitos Wolbachia.
Las liberaciones se hicieron entre 2015 y 2022 en Bello, Medellín e Itagüí, donde habitan más de tres millones de personas y han reducido la incidencia del dengue en al menos un 95%.
Otra herramienta es la vacunación. “Pronto la inmunización estará disponible en América Latina dada su aprobación por múltiples agencias regulatorias”, sostuvo Rodríguez-Morales.
(gettyimages)
Existen dos vacunas contra el dengue que están actualmente autorizadas para su uso en varios países del mundo. Ambas son vacunas vivas atenuadas tetravalentes. Se llaman Dengvaxia y Qdenga, y son comercializadas por diferentes laboratorios. Ambas son vacunas vivas atenuadas tetravalentes. La segunda fue aprobada por la autoridad regulatoria ANMAT en la Argentina para usar a partir de los 4 años, según el Ministerio de Salud de la Nación.
También se hace hincapié en prestarle atención a los síntomas y consultar a tiempo. “Se debería recordar que hay personas con mayor riesgo de tener formas graves: son las personas mayores, las personas con comorbilidades, o que han tenido dengue previamente”, el presidente de SLAMVI.
Muchos enfermos de dengue pueden reponerse en la casa con reposo e hidratación adecuada. Sin embargo, la OPS insistió en que ante cualquier signo de alarma de gravedad del dengue, se debe acudir de inmediato a la unidad de salud más cercana.
Los signos de alarma a tener en cuenta: una caída de temperatura acompañada de uno o más de los siguientes síntomas como dolor abdominal intenso, fatiga, vómitos persistentes, somnolencia, sangrado de encías, sangre en vómito, intranquilidad/irritabilidad.