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Remuneración y reconocimiento, tareas pendientes del Sistema Nacional del Cuidado

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La próxima semana se conmemorará el Día Internacional del Trabajo y aprovechando la cercanía del popular 1 de mayo, es necesario poner sobre la mesa uno de los trabajos menos reconocidos en el mundo laboral, pese a su importancia, y que si bien actualmente se está trabajando a nivel local para dignificarlo, todavía enfrenta grandes retos.

Se trata de las labores del cuidado, que abarcan a todas aquellas personas que dedican su tiempo a cuidar a otros, principalmente niños y adultos mayores, y que en muchos casos no reciben una remuneración a cambio. Según el Dane, más del 40% de lo que se trabaja corresponde a labores domésticas y de cuidado no remunerado, dejando a las mujeres como las más afectadas.

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Por otra parte, informes de la Organización Internacional del Trabajo y el Ministerio de la Igualdad, concuerdan en que por lo menos hay seis barreras a nivel local en las que se deben trabajar si se quiere un avance importante en la creación del Sistema Nacional del Cuidado, relacionados con la precariedad, la falta de reconocimiento, la limitada oferta y la falta de información y datos sobre estas labores.

Desde el Gobierno Nacional se viene trabajando en esta realidad, entendiendo el cuidado como un fenómeno social y económico y una dimensión central del bienestar y del desarrollo humano que constituye el conjunto de acciones que toda sociedad realiza para procurar la autonomía, desarrollo y bienestar cotidiano de las personas, especialmente, de aquellas que se encuentran en situación de dependencia funcional.

Servicios generales

Servicios generales.

Cortesía – A.P.I.

“Colombia, al igual que otros países de la región, enfrenta la conjunción de transformaciones socioeconómicas, demográficas, epidemiológicas, familiares y culturales que ponen en tensión los mecanismos tradicionales, fundamentados en los lazos familiares, a través de los cuales se aseguraba la integración social y el cuidado de las personas con dependencia funcional”, dice el Departamento Nacional de Planeación al respecto.

Impacto en las mujeres

Según el CONPES 4143, que establece la Política Nacional del Cuidado, por cada seis mujeres cuidadoras no remuneradas hay solo un hombre en la misma condición, y en zonas rurales la brecha se amplía a siete por uno. Además, por cada tres personas dedicadas al cuidado, solo una es hombre. Esto refleja no solo desigualdad de género, sino también una carga desproporcionada sobre las mujeres en el sistema de cuidado.

Así mismo, el 12,5% de las personas ocupadas en Colombia se dedican al cuidado, lo que equivale a 2,84 millones de trabajadores. Sin embargo, las condiciones laborales son preocupantes: el 13,8% no cuenta con contrato de trabajo y, entre quienes sí lo tienen, el 60,8% no recibe prima de Navidad, el 24,3% no accede a cesantías y el 28,7% no tiene licencia remunerada por enfermedad, según datos del Dane de 2022.

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Expertas de Acción Pública agregaron que, concretamente, las labores de cuidado son todas aquellas esenciales para la vida diaria: cocinar, limpiar, cuidar a niños, personas mayores o enfermas, pero también incluyen el cuidado de animales y de la naturaleza, y que a lo largo de la historia se han asignado a mujeres.

“Según OXFAM, el 37,1% de las mujeres asume siempre o casi siempre las responsabilidades de cuidado en el hogar, en comparación con sólo el 5,6% de los hombres; y la Organización Internacional del Trabajo OIT señala que en América Latina las mujeres dedican entre 6,3 y 29,5 horas semanales más que los hombres a realizar trabajos de cuidado no remunerados. En Colombia, el 89% de las mujeres de 10 años o más realiza estas labores, con un promedio diario de 7 horas y 14 minutos”, resaltaron.

También pusieron sobre la mesa que la OIT subraya que las actividades de cuidado no remuneradas en los hogares podrían representar hasta el 13% del PIB mundial si se valoraran económicamente, pues en su mayoría, quienes realizan estas tareas no reciben una compensación financiera directa.

Informalidad

Informalidad.

Archivo EL TIEMPO

¿Qué hacer?

Con base en todo lo anterior, desde Acción Pública, que impulsa la estrategia “Re-imaginemos”, reconocieron que en los últimos años Colombia ha dado un paso importante con la creación del Sistema Nacional de Cuidado, una política pública que busca mejorar las condiciones laborales, sociales y económicas de quienes ejercen labores de cuidado, especialmente mujeres.

“Este sistema también apunta a garantizar servicios de cuidado de calidad para las personas que los requieren, sentando así las bases de un modelo más equitativo y sostenible en la organización del cuidado”, indicaron

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Frente a las barreras a trabajar, este colectivo indicó que las cuidadoras enfrentan cargas emocionales, físicas y económicas invisibilizadas, por lo que el diálogo reciente sobre el tema llamó la atención de todos los sectores y surgieron preguntas clave sobre el rol del sector privado en esta corresponsabilidad y sobre cómo fomentar el reconocimiento y la equidad de género desde los hogares y las instituciones.

Entre las propuestas planteadas está la dignificación del rol de las cuidadoras a través de reconocimientos simbólicos y emocionales que impulsen sus proyectos de vida, al tiempo que se destacó la necesidad de fortalecer las redes de cuidado comunitario en los barrios, permitiendo que las mujeres compartan responsabilidades con sus comunidades y así reduzcan el desgaste mental y de tiempo.

Cuidadora

Labores de ciudado.

Archivo EL TIEMPO

“Otras alternativas incluyen brindar reconocimientos económicos no asistencialistas que valoren el trabajo de cuidado, involucrar a autoridades locales en el diseño e implementación de políticas según las realidades del territorio, y ampliar las oportunidades de formación y empleo para mejorar la calidad de vida de las cuidadoras. Todo ello apunta a construir un sistema de cuidado más justo y corresponsable”, señalaron.

El informe cierra diciendo que las mujeres cuidadoras enfrentan altos desafíos económicos y emocionales en la labor del cuidado, razón por la que invitaron a las autoridades nacionales y locales, al sector público, academia, artistas y activistas a sumar ideas y acciones con un enfoque territorial, que permitan la dignificación del cuidado en el mercado laboral y se convoque a la comunidad en general para contribuir con las labores de bienestar colectivo.

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