Por muchos años centenares de personas han luchado por que las condiciones de los trabajadores sean justas y dignas, de tal modo que, ni el trabajador, ni el empleador o empresa, pierdan de alguna manera, entendiendo que ambas partes se ven beneficiadas.
De hecho, fue por esa lucha que en 1886, nació el Día Internacional del Trabajador. Ello, a modo de protesta por la jornada laboral de ocho horas, que surgió en Chicago (Estados Unidos). En la actualidad esta fecha se conmemora todavía como recordatorio de la importancia de las luchas históricas por la justicia laboral, el empleo digno y el respeto por los derechos de los trabajadores en todo el mundo.
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En Colombia, donde más del 44% de la población ocupada trabaja en condiciones informales, esta fecha dignas se convierte en un punto importante y de especial significado. Las cifras del Dane dan cuenta de que, muchas personas no tienen acceso a beneficios laborales básicos como seguridad social, pensiones o estabilidad en sus empleos.
Además, la brecha de género en el mercado laboral es una realidad palpable, con las mujeres enfrentando tasas de desempleo más altas y una participación inferior al mercado laboral en comparación con los hombres.
Así las cosas, cada Día Internacional del Trabajador, es una gran oportunidad para analizar los avances y retos pendientes en el país, así como para fortalecer las políticas que fomenten la creación de empleo formal y de calidad. En este sentido, el sector privado juega un papel clave en la construcción de un mercado laboral inclusivo, donde los trabajadores sean tratados con la dignidad que merecen.
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Condiciones de un empleo digno
Un claro ejemplo de cómo las empresas pueden ser agentes de cambio es el liderazgo de Luisa Chima, una empresaria colombiana que, a través de sus compañías, ha implementado modelos laborales que priorizan el empleo formal, “garantizando condiciones de trabajo justas y promoviendo la inclusión de mujeres, jóvenes y adultos mayores en el mercado laboral“.
Destacando que la responsabilidad social empresarial implica no solo generar valor económico, sino también garantizar condiciones laborales justas y estables.
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Fortalecer y hacer crecer una empresa también significa brindar calidad de vida y bienestar a quienes la hacen posible: sus trabajadores, resalta Luisa Chima en diversos espacios, destacando la importancia de que tanto las empresas como los gobiernos trabajen para garantizar condiciones laborales justas y estables.
Dicha fecha es la excusa perfecta para hacer un llamado a la reflexión para avanzar hacia un modelo económico que valore al trabajador no solo como un recurso productivo, sino como un ser humano digno de respeto, oportunidades y crecimiento profesional.
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“Es momento de asegurar que todos, sin importar su género, ubicación geográfica o nivel educativo, tengan acceso a un trabajo digno y formal que les permita prosperar y contribuir al desarrollo de un país más equitativo“, señala la empresaria.
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