Cuando se habla de la reforma laboral y sus efectos, son varios los puntos de vista respecto a los beneficios y desventajas que tiene este proyecto, puesto que aquellos que lo apoyan sostienen que dará mejores condiciones a los trabajadores para desarrollar sus tareas y regresará derechos que se perdieron en los últimos años; mientras que quienes se oponen aseguran que terminará afectando la productividad del país.
Entre las alertas más frecuentes se destaca, recogiendo las observaciones de empresas y analistas, que aumentará los costos de operación, que no ayudará a la generación de empleo y que podría disparar flagelos como la informalidad. El mismo Gobierno, por medio de la Ministra de Trabajo, ha dicho que esta no es una reforma para generar empleo, sino para devolver la dignidad a los trabajadores.
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A esta conversación de país se unió recientemente la Universidad de los Andes, que por medio de un informe, advierte que la reforma laboral puede aumentar el desempleo y la informalidad y que el articulado de este proyecto no es consecuente con la realidad económica de los colombianos, ni aborda de fondo las causas por las que en Colombia más del 50% de los trabajadores son informales.
David Perez-Reyna y María del Mar Rojas, autores del reporte, analizaron la reforma y sus posibles efectos desde tres frentes, comenzando porque actualmente el mercado laboral colombiano enfrenta problemas estructurales serios como tasas elevadas de desempleo, si se compara con otros países de la región, así como un alto número de personas que trabajan en condiciones por fuera de lo establecido en la legislación nacional.

Reforma laboral.
“La tasa de desempleo promedio entre 2000 y 2019 fue 11,5%, por encima de todos los países grandes de América Latina y del promedio de países de América del Norte, Europa y Asia oriental. Si se define trabajar en el sector informal como trabajar en un empleo remunerado sin cotizar a seguridad social, más del 60% de los trabajadores trabajaban en dicho sector en el mismo lapso”, acotaron.
Dicho esto, manifestaron que el país necesita una transición hacia el empleo formal y una reducción efectiva de la desocupación, que podría verse afectada si se aprueba la reforma, teniendo en cuenta que da mejores herramientas a quienes ya tienen un trabajo para negociar condiciones favorables de trabajo, pero deja por fuera a todos los que están buscando insertarse al mercado.
“A pesar de que el aumento en el poder de negociación de los trabajadores lleva a aumentos en el salario de toda la población que tiene trabajo formal, este cambio provoca una disminución del consumo del 0,195% y causa un aumento en la tasa de desempleo de 0,16 puntos porcentuales, concentrado en un aumento en la tasa de desempleo de personas que podrían trabajar en el sector formal de 0,32 puntos porcentuales y un aumento en la tasa de informalidad 0,12 puntos”, agregaron en el informe.
Para los investigadores de la Universidad de los Andes, no hay que pasar por alto que Colombia es un país de baja productividad y que ponerle un palo en la rueda con el aumento de costos que conllevaría la reforma laboral, terminará generando que las empresas se deben concentrar más en los salarios a pagar, que en la búsqueda de alternativas de expansión y crecimiento.
“Al tener menor poder de negociación con los trabajadores, las empresas tienden a priorizar la contratación de los trabajadores más productivos, que les permiten tener mayores ganancias. Esto no solo eleva el umbral de productividad necesario para ingresar al sector formal, sino que también disminuye el umbral a partir del cual las empresas pagan más que el salario mínimo y reduce la cantidad de vacantes disponibles en un 3,79%”, indicaron.
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Si esto se materializa, agregan que como resultado, la cantidad de trabajadores en el sector formal disminuirá en un 0,044% y que algunos de estos trabajadores se verán obligados a trasladarse al sector informal, aunque aquellos que no puedan pasar a este renglón de la economía, terminarán engrosando las filas de del desempleo.
Ahora bien, partiendo de los elementos expuestos, los investigadores pusieron sobre la mesa la posibilidad de apostarle a la productividad, tanto de empresas como de trabajadores, porque en su concepto, esto terminaría impulsando de manera favorable la economía y ayudaría a generar más empleo.

Informalidad,
“Si se busca disminuir el desempleo y la informalidad, una mejor solución podría estar relacionada con un aumento en la productividad, ya sea de las empresas o de las personas; es decir, a la capacidad de poder producir más con el mismo trabajo”, manifestaron.
Para dar a entender mejor su punto de vista, sentenciaron que “al igual que en el experimento sobre poder de mercado, analizamos los efectos de un aumento del 1% en la productividad de las empresas. Este cambio tiene un impacto positivo: el consumo general aumenta en un 0,95%. Además, se observa una disminución en las tasas de desempleo de 0,013 puntos porcentuales (llegando a 9,78%) y de informalidad de 0,22 puntos porcentuales (4,93%)”.
Debido a esto, cerraron diciendo que al aumentar la productividad, las empresas pueden contratar a más personas y estar dispuestas a pagar salarios superiores al mínimo, lo que facilita que más personas ingresen al sector formal. De esta forma se baja la informalidad, ya que el umbral de productividad necesario para estar en el sector formal se reduce, y más trabajadores pueden acceder a beneficios laborales.