Por estos días en el Congreso de Colombia se discuten algunos ajustes a los horarios laborales que deben tener -legalmente- los trabajadores y la respectiva remuneración. Por ello, le preguntamos a la inteligencia artificial de ChatGPT cuáles son los mejores horarios para trabajar y esto fue lo que contestó.
1. Temprano por la mañana (6 a 9 a.m.)
Ventajas: – La mente está fresca y descansada (mejor concentración y creatividad).
– Hay menos distracciones: correos, mensajes y redes aún están tranquilos.
– Estudios muestran que la fuerza de voluntad y la disciplina están más altas a estas horas.
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Ideal para: tareas que requieran mucha concentración y energía mental (escribir, planificar, crear).
2. Media mañana (9 a 12 a.m.)
Ventajas: – Todavía hay alta energía y foco.
– Es un buen momento para colaborar con colegas, ya que la mayoría empieza a conectarse.
Ideal para: trabajo en equipo, reuniones, tareas que requieran comunicación activa.
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Horario
3. Después del almuerzo (2 a 4 p.m.)
Ventajas: – Puede ser productivo para tareas automáticas o administrativas.
– No exige tanta energía creativa (ya que después de comer la mente tiende a relajarse).
Ideal para: correos, organización, tareas más mecánicas.
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4. Últimas horas de la tarde (4 a 6 p.m.)
Ventajas: Buen momento para cerrar el día, revisar lo que hiciste y planificar el siguiente.
Puedes aprovechar el repunte de energía antes de terminar la jornada.
Ideal para: tareas de cierre, evaluaciones, planificación.
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Momentos que suelen ser menos óptimos
Después del almuerzo (1 a 2 p.m.): el cuerpo dirige más sangre a la digestión, y baja la energía.
Tarde-noche (6 p.m. en adelante): ya estás más cansado y distraído.
¿Por qué todo esto importa?
Ritmo circadiano: es un reloj interno que regula la energía mental y física a lo largo del día.
Digestión: después de comer, la sangre va al estómago y reduce el flujo a otras áreas (como el cerebro).
Nivel de energía: varía durante el día según descanso, alimentación y exposición a la luz.
Consejo final
Aunque estos horarios son un buen punto de partida, ¡cada persona es distinta! Lo mejor es experimentar y ver en qué momentos rindes más (lo que se llama cronotipo). Así ajustas tu día a tu propio ritmo y sacas el máximo provecho.
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