La carrera por la Alcaldía de Bogotá entró en su recta final y en medio de debates, propuestas y alianzas, los candidatos a este cargo siguen luchando por ganar el apoyo de los ciudadanos y asegurarse un puesto en la segunda vuelta, escenario que conforme pasa el tiempo es más posible que se presente.
A menos de un mes para que los bogotanos asistan a las urnas, Portafolio habló con los protagonistas de esta contienda política sobre tres aspectos fundamentales en el futuro económico de la ciudad: proyección y propuestas económicas para la capital en el mediano y largo plazo; planes para evitar un repunte de la informalidad y el trabajo que realizarán con los vendedores informales en un eventual gobierno.
Las respuestas se organizaron de acuerdo con su posición en el más reciente reporte del Centro Nacional de Consultoría, en alianza con EL TIEMPO, revelado el pasado 21 de septiembre.
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Rodrigo Lara, empleo público para jóvenes
Bogotá ha perdido participación en el PIB, representa el 24,5% del PIB y hace unos años estaba cerca de representar el 27%. Esa pérdida de participación se explica por una transferencia de actividades económicas a otras regiones del país, por el atraso en materia de infraestructura y por la mala calidad de vida que se ofrece en la ciudad.
En segundo lugar, hay una coyuntura que es muy compleja con el sector de la construcción, que representa el 18% del PIB de la ciudad, cerca de 200.000 empleos, y hoy sólo estamos observando que se están otorgando el 35% de las licencias que se otorgaban hace casi un año.
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En segundo lugar, se nota una desaceleración del comercio que es muy preocupante. Todo esto nos obliga a implementar un plan de choque desde el primer día de gobierno de la alcaldía para reactivar la actividad económica y recuperar la confianza en Bogotá.
Esta ciudad tiene que convertirse en una especie de isla, de oasis de estabilidad y de predecibilidad económica a los diferentes sectores y atraer inversión.
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Hay tres estrategias. Hay que hacer una revisión estricta del POT, la combinación de incertidumbre nacional con las altas tasas de interés y las cargas. La incertidumbre que produce el POT lleva a una desaceleración de los sectores principales, que es el de la construcción. Corremos el riesgo de perder cerca de 70.000 empleos.
En segundo lugar, tenemos que buscar los subsidios de generación de empleo para los comercios populares. En aras de invitarlos hacia la formalización, tenemos presupuestado un cupo de 60.000 subsidios de empleo formal, que oscilan entre el 20% y el 30% del valor nominal de un empleo para los pequeños comercios.
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En tercer lugar, una de las estrategias más importantes que hemos propuesto es un programa de empleo público en actividades productivas para jóvenes de 18 a 25 años.
Hay que buscar la manera de formalizar esos comercios populares, y eso se logra mediante incentivos o subsidios al empleo, como los que he propuesto.
DANIEL HERNÁNDEZ
Periodista Portafolio