En medio de la expectativa por lo que vendrá para el país, tras la sanción de la reforma laboral, por el Presidente de la República, un nuevo frente de preocupación ha captado la atención de analistas, académicos y empresarios, relacionado con el empleo juvenil; que recibiría uno de los daños colaterales de este cambio en las reglas de juego.
Un informe elaborado por la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad de San Buenaventura, sede Bogotá, advierte que, de no tomarse medidas específicas para los trabajadores menores de 28 años, la nueva normativa podría elevar el desempleo juvenil entre un 3% y un 5% en el corto plazo.
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La advertencia no es menor si se considera que esta franja poblacional ya enfrenta tasas de desocupación del 16%, de acuerdo con las cifras del Dane para el trimestre febrero-abril de 2025, y aunque la cifra muestra una mejora de 3,2 puntos frente al mismo periodo del año anterior, la informalidad entre jóvenes sigue por encima del 56,8%, lo que evidencia una precarización estructural en sus condiciones laborales.
De acuerdo con los expertos de esta institución, la entrada en vigencia de una reforma que incrementa los costos de contratación podría acentuar estas tendencias y dejar a más jóvenes sin la posibilidad de entrar al mercado laboral en condiciones dignas.

El proyecto cobijaría a menores de 30 años.
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“El nuevo marco laboral está orientado a la dignificación del trabajo, pero no todos los segmentos de la población tienen las mismas condiciones de entrada. Para los jóvenes que buscan su primer empleo, se necesita una aproximación más flexible, que no represente una carga insostenible para las micro y pequeñas empresas”, afirma Pedro Villamizar, director del Consultorio Jurídico de la universidad.
Una propuesta de contrato
Ante este panorama, la institución propone la creación de un contrato juvenil especial. Se trataría de una figura laboral con duración de seis a doce meses, enfocada exclusivamente en personas menores de 28 años. Este contrato incluiría salario mínimo y afiliación obligatoria a salud y pensión, pero prescindiría de recargos nocturnos, dominicales y del pago de indemnización por terminación anticipada.
Según el análisis, esta medida funcionaría como un puente entre el contrato de aprendizaje y el contrato a término indefinido, permitiendo el ingreso progresivo al mercado formal sin trasladar de inmediato todos los costos al empleador.
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La propuesta toma fuerza si se considera el contexto empresarial, mientras que estimaciones de Fenalco advierten que el rediseño del contrato de aprendizaje con el Sena, que ahora contempla una etapa lectiva con remuneración del 60% del salario mínimo y una etapa práctica con salario completo y prestaciones, podría generar sobrecostos de hasta cinco billones de pesos para las empresas.
Además, cabe recordar que gremios como ACOPI y firmas como Crowe Co coinciden en que la reforma elevará entre 17% y 34% los costos no salariales de las Pymes, lo que, según el informe, las llevaría a recortar planta o frenar nuevas contrataciones.

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Néstor Gómez
Otro factor que incide en este riesgo es la reducción del horario diurno hasta las 7:00 p. m. (antes iba hasta las 9:00 p. m.) y el incremento de los recargos dominicales y festivos al 100 %. Solo estas dos medidas representarían un aumento del 9% en los costos laborales de empresas que dependen de esquemas rotativos o que emplean jóvenes para cubrir turnos extendidos, como es común en sectores como comercio, servicios y logística.
Sin una estrategia diferenciada, advierte el informe, las empresas podrían optar por alternativas como la automatización, la tercerización o la reducción de horarios; sin hacer a un lado que el incentivo a reemplazar mano de obra joven por inteligencia artificial básica o software de gestión crece en la medida en que el costo-beneficio de la contratación directa se desbalancea.
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Es por esto que el Director del Consultorio Jurídico de la Universidad San Buenaventura subraya que la propuesta del contrato juvenil no solo es legalmente viable, sino que se alinea con prácticas internacionales exitosas.
“En Alemania existe el sistema Ausbildung, en Italia el apprendistato y en Nueva Zelanda la Youth Wage Subsidy. Todos son mecanismos que reconocen la necesidad de incentivar la inserción juvenil sin desprotegerlos, pero sin exigirle al empresario una carga completa desde el primer día”, explicó.

Mercado laboral en Colombia.
Imagen generada con Inteligencia Artificial – ChatGPT
Finalmente, la universidad advierte un riesgo mayor de exclusión para los jóvenes rurales, dado que varios artículos de la reforma que incentivaban la formalización del trabajo en el agro fueron eliminados durante el trámite legislativo. Esta omisión deja a una porción significativa de la juventud nacional sin herramientas contractuales adaptadas a sus realidades productivas.
“Sin un enfoque diferenciado, los jóvenes urbanos se podrían estancar en la informalidad y los rurales quedarían algunos por fuera del sistema”, concluyeron.