Durante los dos primeros años de vida es cuando los bebés empiezan a desarrollar todos los días más habilidades como lavarse las manos, no usar pañal o ir al baño y bañarse solos; allí llega la hora de vigilar sus hábitos de higiene.
Para nadie es un secreto que los padres son las personas que acompañan todo ese proceso de crecimiento y de conocimiento de todo lo que el niño pueda aprender, tanto de sí mismo como del entorno en el que se desenvuelve.
Y además no es un secreto que ésta es una etapa fundamental para ellos y por tanto exige de parte de los papás un poco más de vigilancia y atención para evitar que sufran algún accidente, contraigan alguna enfermedad o infección por falta de higiene o por no saber cómo realizarla correctamente.
Por ejemplo, durante el momento del baño es recomendable que los padres vigilen y orienten a sus hijos sobre cómo se debe hacer. Se debe poner una atención especial en la limpieza de las axilas, rodillas, cuello, piernas y pies para evitar en un futuro la aparición de hongos o bacterias.
En cuanto a las niñas es importante que los padres le enseñen a limpiarse de forma adecuada. Siempre por detrás hacia adelante para evitar que las bacterias infecten la vulva y la vagina y acabe causando una infección.
Educar a los niños con buenos hábitos de higiene es fundamental para su salud ya que a medida que ellos van creciendo es importante que conozcan y sean conscientes de sus cambios corporales, de olores y de sudor.
Mantener la higiene es bueno no solo para prevenir infecciones sino para que los niños tengan una imagen social más aceptable.
Fuente: http://www.guiainfantil.com/