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Iván Archivaldo Guzmán Salazar, considerado uno de los narcotraficantes de mayor peso a nivel mundial, llega hoy a los 41 años de edad como el heredero del imperio del Cártel de Sinaloa tras la caída de su padre, Joaquín El Chapo Guzmán, y más recientemente de Ismael El Mayo Zambada.
Con una recompensa de 10 millones de dólares por su captura ofrecida por la DEA, el hijo de El Chapo ha consolidado su posición al frente de la organización criminal, específicamente en la facción de Los Chapitos, demostrando su capacidad para mantener el control en medio de un entorno cada vez más violento.
Iván Archivaldo Guzmán Salazar nació el 15 de agosto de 1983 en Culiacán, Sinaloa, hijo de la primera esposa de “El Chapo”, María Alejandrina Salazar Hernández. Desde joven, tanto él como sus hermanos crecieron en un entorno influenciado por la poderosa figura de su padre, con visitas frecuentes a prisiones como La Palma y Puente Grande, donde su padre gozaba de un trato preferencial.
Junto a sus hermanos, Jesús Alfredo, Ovidio y Joaquín Guzmán López, Iván Archivaldo forma parte de Los Chapitos, la facción que ha emergido como un pilar del Cártel de Sinaloa tras la condena de su padre en 2019 en Estados Unidos.
A diferencia de los capos fundadores, esta nueva generación ha adaptado sus tácticas y expandido sus operaciones en la producción y distribución de fentanilo, una droga responsable de cientos de miles de muertes por sobredosis en Estados Unidos.
En 2005, Iván Archivaldo fue arrestado en Zapopan, Jalisco, acusado de lavado de dinero; pero fue liberado en 2008 debido a la falta de pruebas. Más tarde, en 2012, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo sancionó bajo la Ley de Designación de Cabecillas Extranjeros del Narcotráfico, conocida como Ley Kingpin, por su participación en el tráfico de drogas.
Durante su tiempo en prisión, Guzmán Salazar fue sometido a diversas pruebas psicológicas. Estos exámenes se utilizaron para elaborar un perfil y entender su personalidad y relaciones intrafamiliares. Estos documentos a los que tuvo acceso el medio Sin Embargo, ofrecieron una visión más clara de su carácter.
En esta evaluación, Iván se presentó como una persona “ansiosa, reservada y evasiva”, lo que sugiere un individuo que puede tener dificultades para abrirse a los demás y expresar sus emociones. Sin embargo, también se describió como lúcido, con un pensamiento lógico y una capacidad de juicio crítica, lo que podría indicar que, a pesar de su entorno y acciones, posee una inteligencia estratégica notable.
Sus niveles de control de impulsos y tolerancia a la frustración eran calificados como medio-bajos, lo que sugiere una tendencia a reaccionar de manera explosiva o violenta ante situaciones de estrés o provocación.
Información revelada por Anabel Hernández señala que en 2004 el capo habría cortejado a una mujer canadiense identificada como Kristen Paige Deyell, en un club nocturno en el estado de Jalisco. Tras ser rechazado, la atacó junto a su amiga mexicana. Según la periodista, sus fuentes le han revelado que Iván es conocido por su estilo de vida lujoso y su tendencia a salir con numerosas mujeres, entre ellas, reveló recientemente a la cantante Belinda.
En una trayectoria marcada por la violencia y la criminalidad, la madrugada del 15 de agosto de 2016, Iván Archivaldo Guzmán Salazar celebraba su cumpleaños número 33 en el famoso restaurante La Leche, en Puerto Vallarta, Jalisco, un lugar frecuentado por políticos, artistas y celebridades. Lo acompañaban su hermano, Jesús Alfredo, y un grupo de cerca de 20 personas, entre las que se encontraba su prima Esmeralda, quien también festejaba su despedida de soltera.
El secuestro no era un acto de intimidación, sino un plan con la intención de asesinarlos. Este episodio, impulsado por alianzas entre los Beltrán Leyva y el Cártel de Caborca, marcaría un antes y un después en la trayectoria de Iván.
La situación tomó un giro inesperado cuando El Chapo se enteró de lo ocurrido. Utilizando su influencia, amenazó con matar al Menchito, el hijo de Nemesio Oseguera, El Mencho, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), quien estaba encarcelado. Guzmán le dio un ultimátum: si le entregaban a sus hijos, él entregaría al Menchito. Esta amenaza, combinada con esfuerzos de otros miembros del cártel, resultó en la liberación de Iván y Alfredo cuatro días después, el 19 de agosto.
El impacto de este secuestro no solo reafirmó la vulnerabilidad de los Chapitos, sino que dejó una marca indeleble en la mentalidad de Iván, impulsándolo a adoptar tácticas más violentas y agresivas en su lucha por el poder en el Cártel de Sinaloa, según relata Anabel Hernández en su libro “La Historia Secreta: AMLO y el Cártel de Sinaloa”.
En los últimos años, Los Chapitos, como se conoce a la facción liderada por los hijos de El Chapo, se han consolidado como una fuerza dominante dentro del Cártel de Sinaloa. Dirigieron el conocido “Culiacanazo” en 2019, cuando las fuerzas de seguridad detuvieron a Ovidio Guzmán López en Culiacán. Ante la captura, sicarios del cártel generaron caos en la ciudad, con bloqueos, tiroteos y disturbios que resultaron en múltiples muertes y heridos. Los ataques llevaron eventualmente a la liberación del Chapito menor.
El grupo se ha identificado como uno de los principales productores y distribuidores de fentanilo, un opioide sintético que ha sido vinculado con miles de muertes por sobredosis en Estados Unidos. Según la DEA, Los Chapitos adquieren precursores químicos de origen chino para elaborar fentanilo en narcolaboratorios ubicados en México, desde donde se envían a Estados Unidos.
Expandiendo sus operaciones, Iván Archivaldo ha llevado la influencia del grupo a estados como Sonora, Chihuahua, Durango, Nayarit, Baja California y Baja California Sur. De modo paralelo, ha mantenido disputas con la facción liderada por El Mayo Zambada y con grupos rivales como el Cártel de Caborca, liderado por Rafael Caro Quintero.
Los Chapitos cuentan con diversos grupos armados destinados a la protección de sus operaciones y a confrontar a sus rivales, uno de los más notables es Los Ninis, que hasta hace poco eran dirigidos por Néstor Isidro Pérez Salas, alias “El Nini”. Estos comandos han sido responsables de múltiples operaciones violentas y de proteger a Iván Archivaldo y sus hermanos.
Aunque ahora mismo pareciera ser el capo más poderoso, su figura y la de su cártel ahora pende de un hilo tras la detención de Ismael Zambada García, quien podría comenzar a tejer los hilos que puedan llevar a la captura del líder de Los Chapitos.
