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La industria automotriz y el efecto invernadero

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Los efectos de la contaminación están hoy en la cima de los problemas globales. El impacto ambiental de la industria automotriz es relativamente alto con un 9%  de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial, siendo el grupo Volkswagen el que más contamina, de acuerdo con un nuevo informe elaborado por Greenpeace.

Ante esta problemática, los sistemas anti polución que se encuentran en los vehículos modernos han posibilitado que millones de vehículos circulen por las ciudades y caminos del mundo, y el entorno sea amigable con los seres vivos.

¿Qué sería de nosotros si todos los automóviles que circulan actualmente fuesen de carburadores y sistemas de escapes convencionales?

El control de emisiones comenzó en 1963 con el primer decreto sobre aire limpio que fue aprobado como ley en EEUU por la agencia de protección de medio ambiente EPA.

En el año 1974 se introdujo el primer convertidor catalítico y en 1996 se instauró el OBDII como sistema que implicó una normativa estricta para los fabricantes con límites estipulados de emisiones para los años siguientes.

Año tras año se han fijado normas estrictas para los fabricantes de vehículos, exigiendo índices más ajustados en los valores de las emisiones.

La industria automovilística desde entonces se ha esforzado en desarrollar nuevos sistemas que, no solo buscan cumplir con las normas estipuladas sino que se empeñan en superarlas.

En Colombia, por ejemplo, existe una ley cuyo objetivo es proteger el derecho a la salud y el medio ambiente, a través de medidas concretas de control de emisiones de gases y partículas contaminantes de vehículos que utilizan el combustible ACPM y motos de cualquier cilindraje.

También existen otros métodos para lograr este fin y se ha recurrido a distintos desarrollos tecnológicos, como:

catalizadores introducidos en los tubos de escape, ontroles que manejan la inyección de combustible en la faz de desaceleración, control y el manejo de los gases que se forman en el depósito de combustible y en el cárter,  reducción de óxidos de nitrógeno, por medio de la inyección adicional de aire en los múltiples de escape y la utilización de tecnologías alternativas.

  • En un proceso de combustión ideal entre aire y combustible se obtiene lo siguiente:
    O2 + HC = CO2 + H2O
    El O2 proviene del aire.
  • El HC es el hidrocarburo (Gasolina)
    Aunque en realidad, del proceso de combustión, aparecen otros compuestos que son justamente los que siempre se han tratado de eliminar, llevando el resultado de la combustión a la ideal.
  • CO – Monóxido de carbono.
    HC – Hidrocarburo no quemado 
  •  NOX – Oxidos de Nitrógeno.

Vale decir que a lo sumo, lo mejor que puede pretenderse de un motor de combustión es que solo emita CO2 (Dióxido de carbono) y vapor de agua por el escape.

Esto ocurre tanto para motores de gasolina y diesel; lo ideal sería siempre obtener en el escape vapor de agua y dióxido de carbono.

En el diesel se agregan además partículas en suspensión que se tratan de eliminar con los sistemas de filtros de partículas.

Si se toma la siguiente clasificación de acuerdo a los diferentes tipos de vehículos se puede establecer:

Los señalados con 1 LEV y ULEV consiguen bajos niveles de CO y HC y disminución de NOX.

En el siguiente caso, los indicados con 2 SULEV mejoran aún más la emisión de CO, HC y NOX, incorporando cuerpos de aceleración motorizados, catalizadores de 3 vías y mayor control del sistema de EVAP.

Los indicados con 3 PEZEV, tienen por momentos cero emisión. Es importante destacar que el motor detenido, ocurre con los sistemas Start-Stop y en los híbridos.

Aparecen los AT PZEV que son híbridos o híbridos enchufables, estos disminuyen a cero la emisión durante parte de su tiempo de funcionamiento o por varios kilómetros.

Se debe tener en cuenta que el resultado óptimo de la combustión ideal como se indicó se consigue CO2 y H2O en forma de vapor. Esto si bien es lo ideal, trae un inconveniente en el cual originalmente ni se había pensado.

El CO2 es normalmente convertido a O2 por los árboles y plantas, efecto de fotosíntesis.

Así y todo, las grandes cantidades de CO2 que resultan del proceso de combustión ya no pueden ser convertidas en oxígeno por la naturaleza. El CO2 tiene un efecto aislante del calor del planeta provocando el efecto invernadero.

La única manera de bajar la emisión de CO2 es evitando quemar combustibles fósiles. Es por este motivo que la solución del vehículo eléctrico aparece en el horizonte cercano como el ganador en la propulsión del automóvil moderno.

Para el caso de motores Diesel se agrega además la emisión de partículas de hollín. Las normas europeas han buscado disminuir esta emisión año tras año.

Los siguientes gráficos ilustran las reducciones impuestas por normativas Europeas en motores de gasolina y Diésel.

DIESEL

En conclusión, la fabricación de automóviles podría reducir aún más sus actuales emisiones si los fabricantes comienzan a comprometerse con la producción de vehículos menos contaminantes. La industria debe comenzar a aplicar las medidas que tienen potencial beneficios para todos y así veremos resultados a mediano plazo. 

Sin embargo, hay muchos factores a considerar, además de un déficit actual de infraestructuras adecuadas.  Es necesario lograr el equilibrio a través de un desarrollo debidamente planificado.

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