La Organización Internacional del Trabajo (OIT) reveló que la industria de residuos y del reciclaje ha venido creciendo por cuenta de una mayor concientización pública, el aumento de la demanda industrial de materiales reciclados, políticas públicas y compromisos empresariales por la causa.
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Sin embargo, las altas tasas de informalidad, los bajos salarios y las extensas jornadas laborales son algunos de los retos que esta industria plantea, llevando a un déficit de trabajo digno en torno a este sector.
En materia colombiana la Organización detalló que desde que se tienen cifras, la tendencia de los empleos en la industria de residuos y reciclaje ha ido en aumento. Por ejemplo, en 2021 se registraron un total de 102.100 empleos, pasando en el siguiente año a 131.100. Mientras tanto, la tendencia siguió en incremento durante el 2022, pues la OIT confirmó unos 163.500, para finalmente registrar 150.100 puestos en el 2023.
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Si bien la industria de los residuos y el reciclaje a nivel mundial se estima que tiene 6,9 millones de puestos, representando el 0,2% del total global de ocupación, Colombia se posicionó como el séptimo país con la mayor tasa de empleos en ese sector.
Para el 2023, por encima de Colombia se encuentran India con 704.500 puestos, seguido de Indonesia con 393.000, Brasil con 290.000, Alemania con 189.100, Estados Unidos con 188.600 e Italia con 184.100 empleos en la industria de residuos y reciclaje.
Uno de los grandes retos es la informalidad. Según la Organización, en gran parte de los países en desarrollo la ocupación en gestión de residuos y reciclaje no disponen de seguridad social, ni de prestaciones.
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En el caso de Colombia, de acuerdo con la cifras, el 71,8% de los trabajadores en esta industria es informal, en comparación con el 55,9% de los otros sectores. Esto se suma a que el nivel de educación de los empleados es inferior al de otras industrias.
Por ejemplo, en el país el 38% de la población ocupada en este sector tiene un alcance de educación básica, en línea con el 30% que está por debajo de este nivel. Un 22% está en el intermedio, mientras que solo el 8% está en avanzado.
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“Para garantizar que la industria pueda satisfacer las demandas futuras y la transición hacia una economía circular, existe una necesidad urgente de programas de reciclaje y mejora de las cualificaciones”, dicen.
Otro de los puntos que resalta la OIT es que a diferencia de las naciones desarrolladas, en Colombia predomina la ocupación autónoma dentro de este sector. Esto implica que no se trate de personas con empleos asalariados, con un salario, sino que laboran bajo su propia cuenta.
“El estatus predominante de ocupación en la industria de gestión y reciclaje de residuos en muchos países en desarrollo es el autónomo. Por ejemplo, Perú, Albania, Zimbabue, Honduras, Colombia, Indonesia, India, Turquía, Territorio Palestino Ocupado, Irán y Nepal. Estos trabajadores se enfrentan a un mayor grado de riesgo económico y tienen más probabilidades de experimentar déficits de trabajo decente”, dice la OIT.
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En términos generales, se explica que aunque la industria contribuye con la sostenibilidad medioambiental, los trabajadores se enfrentan a menudo a riesgos para la salud. Algunos de los que detallan incluyen la exposición a sustancias químicas tóxicas, agentes biológicos y riesgos físicos derivados de la manipulación de materiales peligrosos y el manejo de maquinaria pesada.
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“Estos riesgos se agravan en los países en desarrollo, donde la normativa sobre seguridad y salud en el trabajo (SST) es a menudo más débil o se aplica de forma deficiente, lo que hace que los trabajadores sean más vulnerables a las lesiones, los problemas respiratorios y los problemas de salud a largo plazo”, afirman.
Por otra parte, reportan algunas disparidades regionales, pues aproximadamente 85 trabajadores están empleados en la industria de residuos y reciclaje por cada 100.000 personas. Por ejemplo, Europa y Asia Central tienen la tasa más alta, con 174 trabajadores por cada 100.000 personas, mientras que África tiene la más baja, con menos de 30 trabajadores por cada 100.000 personas.
Sin embargo, el empleo en esta industria tiende a ser mayor en las regiones más desarrolladas, donde las prácticas de reciclaje están más extendidas. Esto se debe a los mayores índices de reciclaje y al aumento de la demanda de este tipo de materiales.
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Género y horarios
El sector está dominado por los hombres, según el informe, ya que las mujeres sólo representan el 22,7% de la mano de obra. Esto, explican, puede deberse a las escasas oportunidades que ofrece la ocupación a las mujeres y a la falta de protección social, lo que las obliga a aceptar trabajos no deseados o mal pagados en el renglón del reciclaje.
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Un ejemplo de eso es que solo en la región de las Américas el 23% de las mujeres ocupan este tipo de empleo, en comparación con el 77% de los hombres. Sin embargo, en el promedio mundial que se ponderó en el 22,7% de las mujeres, la región estaría mejor ubicada. Aunque, en materia masculina, la tasa global es más alta pues se calculó en el 77,3%.
Por otra parte, los trabajadores de la industria trabajan más horas que los de otros sectores. La media semanal oscila entre 23 y 57 horas en todos los países, superando el máximo de 50 horas semanales observado en otras industrias.
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“Esta prolongación de la jornada laboral no sólo limita la capacidad de los trabajadores para dedicarse a otras actividades, como el desarrollo personal, las responsabilidades domésticas, el tiempo en familia, el ocio y el recreo, sino que también puede afectar negativamente a la salud y la seguridad de los trabajadores, aumentando el riesgo de lesiones”, concluyen.