La prevención de enfermedades en los últimos años ha dejado de ser un asunto netamente relacionado con la salud, puesto que gracias a otras disciplinas y estudios se han puesto sobre la mesa aristas diferentes que permiten divisar que cualquier afectación física puede llegar a tener incluso un impacto en la actividad económica nacional por los costos que genera en frentes como la productividad.
Prueba de esto se aprecia en una investigación realizada por el Instituto WifOR, especializado en estudios económicos, que evaluó la carga socioeconómica de las enfermedades crónicas de alta prevalencia en Latinoamérica y encontró que las pérdidas económicas relacionadas con la migraña durante el período 2018-2022 oscilaron entre US$3.900 millones y los US$142.900 millones.
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Este análisis, solicitado por la Federación Latinoamericana de la Industria Farmacéutica (Fifarma), se realizó en ocho países de Latinoamérica (Brasil, México, Argentina, Colombia, Chile, Perú, Ecuador y Costa Rica) y además de la migraña, pasó revista a otras afectaciones como la diabetes y enfermedades cardiovasculares, resaltando que también tienen una incidencia fuerte sobre la actividad económica.
Costo local
Revisando únicamente el impacto socioeconómico de las enfermedades en Colombia, los investigadores advierten que representa un impacto significativo en la economía y bajo la suposición de Capital Humano (HCA), reportaron que las pérdidas económicas alcanzan el 4,5% del PIB, al sumar el impacto de los tres males ya mencionados. Así mismo, explicaron que el dato es consistente con el promedio de América Latina, donde las enfermedades generan un costo equivalente al 3,9% del PIB en la región.
Rodrigo Nascimento, director médico de Pfizer Latam para Migraña, agregó que en Colombia se estima que la migraña afecta al 13,8% de las mujeres y al 4,8% de los hombres. Sin embargo, las cifras que dan una idea desde los números absolutos sugieren que, en el mejor escenario para Colombia, solo cerca del 10% de la población tiene un diagnóstico.
“Acá podemos agregar que varios estudios publicados indican que el riesgo de sufrir migraña es mayor entre la población perteneciente a las clases económicas más bajas y se observan factores de riesgo comunes en estas poblaciones, como una dieta inadecuada, un índice de masa corporal elevado, la inactividad física, el tabaquismo y un bajo nivel educativo”, indicó este experto.
En la revisión de los resultados, también se aprecia que la diabetes tipo 2 ha tenido un crecimiento alarmante en Colombia tras marcar un aumento del 90% en su carga socioeconómica entre 2011 y 2022, con lo cual los investigadores resaltan que hay un claro desafío de salud pública que supone esta enfermedad crónica. Por otro lado, explican que aunque la migraña no está directamente relacionada con la mortalidad, sigue representando una carga económica notable, aunque con una leve disminución en su impacto relativo sobre el PIB.
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Las enfermedades cardiovasculares generan pérdidas económicas relativamente estables, que representan el 0,5% del PIB bajo la suposición de costos de fricción (FCA). Sin embargo, estas pérdidas aumentan significativamente bajo el enfoque de Capital Humano, oscilando entre el 1,1% y el 1,5% del PIB en Colombia. Además, los efectos colaterales, que incluyen pérdidas indirectas e inducidas, son considerables, impactando de manera importante la productividad del país.
“La suposición de capital humano (HCA, por sus siglas en inglés) es un enfoque económico utilizado para medir el impacto de las enfermedades sobre la productividad y la economía. Bajo esta suposición, se calcula el valor económico de una persona en función de su contribución potencial a lo largo de toda su vida productiva. Es decir, se considera la cantidad de ingresos que una persona hubiera generado si no hubiera fallecido o quedado incapacitada debido a una enfermedad”, explicaron en el informe.
De esta forma, cerraron contando que además de las pérdidas económicas, las enfermedades han tenido un impacto sobre la calidad de vida, ya que en Colombia, para compensar las pérdidas económicas de los últimos cinco años, cada individuo mayor de 15 años tendría que trabajar en promedio 8 días más por año.
“El camino del paciente hacia el diagnóstico y el tratamiento adecuado sigue siendo un desafío, con barreras clínicas, sociales y económicas. Este proceso tarda varios años y, en algunos casos, décadas, debido a diagnósticos erróneos o a que los afectados no creen que sus constantes dolores de cabeza sean migraña y no saben buscar atención clínica”, concluyeron.