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París, 5 jun (EFECOM).- La OCDE ve “un impacto positivo” de la reforma laboral de 2021 en la evolución de la productividad, que es uno de los puntos negros de la economía española, aunque insiste en que ése no puede ser el único instrumento, sino que hacen falta otras acciones, en particular en la política de la competencia.
Esta es la explicación que ha dado Stefano Scarpetta, el director de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) al presentar este miércoles en París un informe sobre la productividad en España junto a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
“Creo definitivamente -ha señalado Scarpetta- que podemos esperar un impacto positivo en la productividad. ¿Por qué? Porque sabemos, por la evidencia de muchos estudios en los países de la OCDE, que un empleo estable es una condición para que las empresas inviertan en el capital humano de los trabajadores”.
Ha puntualizado que “no es lo único que hay que hacer” para invertir la tendencia constatada de que en las tres últimas décadas la productividad en España ha crecido a un ritmo muy inferior al del conjunto de la OCDE (un 0,5 % anual, en lugar del 1,2 %).
En particular, ha resaltado que se constata, no sólo en España, que las empresas más punteras tienen una evolución favorable de la productividad, mientras para otras se mantiene estancada: “Por eso la política de competencia es esencial”.
En resumen, el responsable del departamento de Empleo de la OCDE ha señalado que “la reforma laboral está jugando su papel en la promoción del crecimiento de la productividad. Tenemos que ver con qué rapidez se materializa, pero no puede ser el único instrumento”.
A ese respecto, se ha remitido al discurso previo de la ministra española sobre otros mecanismos en los que tiene intención de intervenir.
Yolanda Díaz había afirmado que desde 2022 ven “un cambio de tendencia en el diferencial de productividad entre la Unión Europea y España, y es gracias a la reforma laboral del año 2021 y también al aumento sostenido del salario mínimo desde 2019 hasta alcanzar hoy sí ya el 60 % del salario medio de nuestro país”.
Esa reforma se ha hecho, en particular, para romper con la elevada tasa de temporalidad del mercado laboral español, lo que Scarpetta ha confirmado que se ha producido.
“Ha habido un cambio masivo en un corto periodo de tiempo”, ha subrayado, ya que del 21 % que representaban esos contratos temporales en el cuarto trimestre de 2021 se ha pasado al 13 % en el primer trimestre de 2024.
No obstante, ha avisado de que hay que ver cómo se están utilizando los contratos fijos discontinuos, que están siendo en muchos casos el sustituto de los temporales, para verificar “que no son una nueva forma de precariedad”.
La ministra de Trabajo ha dado otro elemento clave para explicar la inflexión que perciben en la que era la mediocre evolución de la productividad en España: “la composición sectorial y cualitativa del empleo”.
En concreto, ha contado que, desde 2018, el empleo en actividades profesionales, científicas y técnicas ha crecido un 39 %, en particular por el tirón de la sanidad y los servicios sociales, que en conjunto representan la mitad del empleo neto creado en ese tiempo.
Ha añadido que el grupo de las personas con mayor cualificación ha progresado un 30 %, lo que significa cuatro veces más que la subida para el grupo de los menos cualificados.
“Estamos pues, transformando la economía a través del mercado laboral, y es el empleo el que está impulsando el crecimiento económico y la transformación del tejido productivo y empresarial en España. Y esto, no había pasado nunca a lo largo de la democracia española”. EFECOM
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(foto) (vídeo)
OCDE confirmó que se ha conseguido, puesto que el peso de los contratos temporales en el empleo total