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El voto negativo de Facundo Manes a la Ley Ómnibus no sorprendió a ningún diputado radical pero los terminó de indignar. Su rebelión contra el proyecto de Javier Milei se había iniciado desde que comenzó a tratarse en el plenario de comisiones, donde ocho de sus (supuestos) aliados habían elegido no votar el dictamen de mayoría, diferenciándose de los correligionarios que responden a los gobernadores de la UCR. “Quedaron solos”, apuntaron en el entorno de los mandatarios provinciales en referencia al voto negativo del neurólogo y de Pablo Juliano, su fiel aliado, durante la sesión en la Cámara de Diputados. De fondo, algunos correligionarios creen que su actitud responde a una especie de rencor que arrastra desde la campaña electoral y la pelea por la presidencia del bloque, que finalmente quedó en manos de Rodrigo de Loredo.
A los pocos minutos de que el proyecto de ley lograra su aprobación en general en Diputados, Manes publicó una foto suya en su banca con la Constitución en la mano y un mensaje retórico: “No la ven”. En su vehemente discurso, en el que buscó cuestionar tanto al kirchnerismo como al oficialismo, adelantó: “No cuenten con nosotros para facultades extraordinarias”. Sus palabras lograron representar a aquellos correligionarios – sobre todo a los que se expresan por redes sociales- molestos por el rol que la UCR viene teniendo desde que Javier Milei es presidente. Lo que el propio De Loredo describe como una forma de “darle herramientas” para gobernar a La Libertad Avanza, algunos creen que es traicionar los valores del partido centenario, quienes fueron el blanco de críticas durante la campaña electoral de los libertarios.
En la espalda de Manes pesa el fracaso de no haber logrado convertirse en el candidato presidencial único de la UCR y la derrota por la pelea del bloque en la Cámara de Diputados. Pese a eso, su nueva estrategia está apuntada a construir una nueva alternativa ante un posible fracaso de Mieli. Según pudo saber Infobae, entiende que -tarde o temprano- el PRO se va a incorporar formalmente al gobierno y cree que es la oportunidad para que el radicalismo se fortalezca y vuelva al poder. Como opositores dialoguistas ese objetivo no se logrará cumplir, según su mirada.
“No se termina de entender qué es la UCR. Hay un problema de identidad”, deslizan los boinas blancas que comulgan con las ideas del neurólogo. Ese problema, según sus parámetros, se resuelve enfrentándose al oficialismo y no mostrándose como dialoguistas, que es la versión que prevalece por estos días. Aunque en los hechos hoy sea Causa Federal – liderado por Alfredo Cornejo y Gustavo Valdés– el sector que viene haciendo valer su peso dentro del partido centenario, a futuro, Manes apuesta a reforzar su vínculo con Martín Lousteau y construir en espacio de peso con base en el territorio porteño y bonaerense.
Desde Causa Federal retrucan: “Todos los intentos de Manes terminan en fracaso”. “Es un líder negativo porque está envenenado porque no fue candidato a presidente de la UCR ni logró quedarse con el bloque”, suman otras voces del espacio molestos por su accionar en el Congreso. Durante el poroteo por los votos y las negociaciones a contrarreloj, en los pasillos de la Cámara de Diputados se deslizó que el neurólogo contaba con el apoyo de al menos nueve legisladores para rechazar el proyecto. Con el paso de los días, ese número pasó a ser cuatro, ya que incluían a los dirigentes de Jujuy, alineados con Gerardo Morales. Pero en los hechos se tradujeron sólo a dos, de Juliano y el propio Manes.
“¿Quién se va a acordar que Manes fue el único que votó en contra de la Ley Ómnibus?”, cuestionan sus adversarios. La postura que prevaleció en el bloque fue la de actuar en conjunto, sobre todo, dándole prioridad a las necesidades que hoy tienen las provincias que gobiernan cinco radicales. “Cuando actuás solo sos irrelevante, pasás al ostracismo”, insisten. Para ellos, votar en contra del proyecto era ser funcional al kirchnerismo. “No es la primera vez que Manes tiene este tipo de gestos con los peronistas”, denuncian los más molestos con el neurólogo.
Pese a las críticas y la ruptura de Manes, los diputados radicales creen que el saldo del debate y la votación fue positivo. Era una prueba de fuego para el estreno de un bloque que logró la unidad en medio de fuertes internas, como consecuencia de la dura derrota electoral donde, no sólo perdieron la apuesta por los cargos Ejecutivos dentro de Juntos por el Cambio, sino también bancas en el Congreso. “Es una familia ensamblada”, describen los legisladores más experimentados, quienes apuestan a mantener la unidad y no dar el brazo a torcer frente al kichnerismo.