La integración de nuevas tecnologías en las instituciones de educación superior está transformando el panorama laboral global, y Colombia no es ajena a esta revolución tecnológica.
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Con el potencial de mejorar la productividad y promover la inclusión social, las universidades han planteado retos significativos en ética, gobernanza y preparación laboral. Adaptarse a esta nueva realidad requiere estrategias claras que aprovechen las oportunidades de la tecnología mientras se mitigan los riesgos.
La Inteligencia Artificial (IA) es una de las herramientas que prometen avances en eficiencia y optimización de procesos en sectores clave como la logística, la tecnología y la educación. Sin embargo, estos avances no están exentos de dilemas.
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Óscar Walteros, decano de la Facultad de Ingeniería de la Corporación Universitaria Iberoamericana (Ibero), señala la necesidad de establecer “marcos regulatorios, pero también la generación de espacios de diálogo frente al uso de nuevas tecnologías y el desarrollo de buenas prácticas al interior de las aulas que promuevan el uso ético de este tipo de tecnologías“.
Esta alternativa tiene el potencial de convertirse en un motor de inclusión social. Según Walteros, “en la Ibero adaptamos contenidos y herramientas para personas con discapacidades sensoriales, lo que refleja un gran avance en inclusión gracias a la tecnología. Además, es clave formar a los docentes en inteligencia artificial, independientemente del área o disciplina, desde ciencias humanas hasta derecho y salud”.
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Tránsito al mundo laboral
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Aunque la IA ha logrado avances impresionantes en aprendizaje automático (machine learning), aprendizaje profundo (deep learning) y realidades extendidas como el metaverso, aún enfrenta limitaciones importantes. “Las máquinas no han logrado, ni lo lograrán, desarrollar la creatividad“, subraya Walteros.
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Este desafío representa una oportunidad para que las instituciones educativas refuercen el desarrollo de habilidades esenciales en entornos laborales cada vez más influenciados por la tecnología. Las competencias en ciudadanía digital complementan el conocimiento que los estudiantes adquieren en las aulas y son clave para el éxito profesional.
A partir de esto, las instituciones de educación superior han integrado herramientas tecnológicas en sus programas académicos para facilitar el acceso, fortalecer el aprendizaje y fomentar la inserción laboral de los colombianos.
Estrategias curriculares flexibles como las credenciales y las insignias digitales facilitan la proyección profesional de los estudiantes y respaldan sus capacidades frente a posibles empleadores mediante la certificación de competencias y habilidades para el mundo laboral.
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Tránsito al mundo laboral
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En la Ibero, esta apuesta se materializa a través de las Rutas Formativas Certificables, un modelo que se integra en la formación académica a través de insignias digitales otorgadas durante el desarrollo de los programas y que certifican competencias clave para el mercado laboral.
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Gracias a la tecnología blockchain, estas insignias son portables, verificables y seguras, lo que facilita la educación a lo largo de la vida y la empleabilidad. Solo en 2024, esta universidad emitió más de 1.600 insignias, reafirmando su compromiso con el desarrollo profesional y la competitividad de sus estudiantes en el entorno laboral.
La combinación de innovación tecnológica y educación superior abre un abanico de oportunidades para el crecimiento profesional y el desarrollo económico del país. Si bien aún existen desafíos en materia de regulación y ética, las universidades están llamadas a liderar la transformación con un enfoque equilibrado que garantice el uso responsable de la tecnología y potencie su impacto positivo en la sociedad.
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