El mercado laboral en Colombia ha logrado una dinámica en los últimos años que le ha permitido ganar estabilidad y ubicarse en niveles aceptables respecto a los demás países de la región, pese a las adversidades que se puedan presentar. No obstante, hay retos que persisten en dos frentes: la equidad de género y el empleo juvenil, que si bien han mejorado, todavía no se ubican en los niveles deseados.
Actualmente, según las cifras del Dane, durante el trimestre móvil marzo – mayo de 2024, la tasa global de participación (TGP) de la población joven en el total nacional fue 55,0%, registrando una disminución de 0,5 puntos porcentuales. en comparación con el mismo periodo del año anterior (55,5%).
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Acá también hay que decir que la tasa de ocupación (TO) para el total de personas entre 15 y 28 años fue 45,2%, presentando una disminución de 0,5 puntos comparada con el trimestre móvil marzo – mayo de 2023 (45,7%). La tasa de desocupación (TD) de la población joven se ubicó en 17,9%, registrando un aumento de 0,2 puntos porcentuales frente al trimestre móvil marzo – mayo de 2023 (17,7%).
Dicho de una forma más simple, pese a que menos jóvenes están buscando un empleo en este momento, el mercado no está generando los puestos de trabajos necesarios para suplir la demanda y por tanto, las cifras de desocupación y de informalidad aumentaron en el más reciente reporte.
Empleo joven
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Retos en el panorama
Dicho esto, para la presidenta de AmCham, María Claudia Lacouture, las cifras actuales demuestran que lograr sinergias entre el sector privado, la academia y el sector público es fundamental para la empleabilidad de los jóvenes. Todo esto, mediante estrategias que permitan alinear la formación educativa con las demandas del mercado, ya que es una necesidad del país para impulsar el desarrollo económico en el país.
De acuerdo con Lacouture, todo lo que está sucediendo reitera que es necesario fortalecer la mano de obra juvenil, pero con la mira puesta en que sea suficiente para lo que necesitan los empleadores, es decir, analizando primero la demanda y lo que realmente se necesita, puesto que muchas veces la formación no se hace correctamente.
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En este sentido agregó que es clave que la empleabilidad de los jóvenes se fortalezca en tres pilares fundamentales: seguridad, articulación y pertinencia. “Necesitamos seguridad, articulación y pertinencia, y creo que, en esas tres variables está la oportunidad de lograr generar acciones que nos permitan darles oportunidades a los jóvenes”, indicó Lacouture.
Trabajo en equipo
La coordinación entre la academia y el sector productivo supone un factor crucial para el desarrollo de habilidades y empleabilidad de jóvenes. En esto enfatizó María Claudia Lacouture, quien destacó la experiencia de AmCham Colombia con el programa “Empleo Hay”, el cual ha logrado la incorporación 23.000 jóvenes vulnerables en cuatro ciudades principales del país.
María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara Colombo Americana, AmCham Colombia.
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“Nos dimos cuenta de que, la articulación es necesaria y se logra cuando tenemos comunicación constante entre el empresariado, el sector público y los jóvenes en su necesidad de buscar empleo”, sostuvo Lacouture.
Así mismo, resaltó que es importante comprender las diferentes modalidades de la informalidad y desarrollar políticas específicas para cada, ya que para AmCham será la base para un mercado laboral que brinde un mayor dinamismo a la economía. En este sentido, se subrayó que existen tres tipos de informalidad, comenzando por la precaria, que comprende aquella que se da por necesidad.
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“Luego, la informalidad básica, caracterizada por una mayor flexibilidad, autonomía y un manejo libre de su tiempo en el trabajo. Y, en tercer lugar, la informalidad promedio, donde se opta por mantenerse en la informalidad por motivos de emprendimiento”, explicó.
María Claudia Lacouture cerró diciendo que “el país no ha dado la discusión de cómo lograr atacar estas tres variables de informalidad y cómo lograr solucionar los inconvenientes de acuerdo a cada una de estas informalidades y al mismo tiempo una política pública … necesitamos generar consenso, pasar del diálogo al consenso, que ese consenso sea resultado de las discusiones respetuosas que nos permita poner sobre la mesa las necesidades del país y llegar a trabajos conjuntos de ejecución”.
