Pese a que una de las cualidades más importantes que buscan las empresas a la hora de contratar personal es la integridad, esta no es una de las prioridades de miles de aspirantes, quienes buscan sacar provecho y adelantarse en la fila o mienten para ser contratados, pese a que se arriesgan a ser descubiertos y eliminados del proceso.
Así se evidencia en un reciente informe de la firma Midot, en la cual se advierte que en Colombia, un total de 270.000 candidatos perdieron la oportunidad de continuar con un proceso de contratación por no reunir las condiciones mínimas de integridad para ocupar cierta vacante de trabajo.
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De acuerdo con los responsables del informe, esta es una problemática que debería llamar la atención en este país, donde hasta junio de este año, la tasa de desempleo se encontraba en 10,3%, según el Dane. En este sentido, agregaron que al poner al mercado local respecto a los pares de la región, la realidad es más preocupante.
“Colombia encabeza la lista en Latinoamérica con el mayor número de candidatos que perdieron una oportunidad de trabajo por cometer un acto contraproducente, como mentir en sus pruebas de evaluación laboral para aplicar a un puesto de trabajo”, explicaron.

Búsqueda de empleo.
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Estos datos se conocieron en la actualización del Reporte de Integridad Laboral 2024, mediante el cual se aplicó el modelo IntegriTEST a los buscadores de trabajo, con el fin de conocer la propensión de un candidato a cometer actos de deshonestidad, su apego a normas, estilos de trabajo, entre otros indicadores a evaluar.
De acuerdo con los responsables del estudio, “estas pruebas son susceptibles de manipular y así sucedió. De un universo de análisis de un 1’500.000 candidatos, el 18% de los aspirantes a un puesto en Colombia recibieron una alerta hacía la organización de ‘no recomendados’. El 2% de los aplicantes intentó manipular la prueba”.
Sin embargo, es bueno decir que esto no es algo únicamente que pasa en Colombia, ya que, por ejemplo, el porcentaje de “no recomendados” en Perú fue del 17% y el 1% intentó manipular la prueba. Así mismo, en México el 16% de los postulados fue descartado por mentir y el el 1% intentó manipular la prueba.
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“También se encontró que los datos que suelen ser alterados o falseados es el que se escribe en el currículum u hoja de vida, y el relacionado con formación académica o en experiencia laboral. En segundo lugar, se inventa o exagera conocimiento o experiencia en posiciones similares previas, seguido de mentir en la duración, cargo o actividades en el empleo anterior”, contaron en el reporte.
En estos datos se conoció que los candidatos a una vacante también mienten sobre grados académicos o niveles de especialización y recomendaron tener en cuenta que “los desafíos económicos, como la necesidad de empleo estable en contextos de inestabilidad económica o informalidad laboral, moldean actitudes de los buscadores de trabajo y producto de ello puede ser mentir y manipular pruebas laborales”, según dijo Fernando Calderón, managin director de Midot para Latinoamérica.

Empleo.
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Estos investigadores de mercado cerraron contando que mientras entre los aspirantes destaca la manipulación de datos para obtener un empleo, dentro de las empresas, los propietarios, ejecutivos y managers son los mayores responsables de cometer fraude.
“Las estadísticas muestran que 2 de cada 10 directivos participan en actos poco éticos. Datos de la Asociación de Certificadores de Fraude (ACFE, por sus siglas en inglés), indican que el rol y el nivel jerárquico del colaborador se ve proporcionalmente reflejado en el impacto económico que sus conductas pueden tener”, alertaron,
En este sentido pusieron sobre la mesa que en el último año, el impacto promedio de un robo o fraude ocupacional es US$30.000 si se trata de un colaborador, US$300.000 para un gerente o coordinador y si se trata de un dueño o ejecutivo, estos rubros en promedio superan los US$ 675.000 por caso.