Durante los últimos meses en Colombia, el mercado laboral ha mostrado una fuerza que para muchos ha sido una sorpresa, ya que se esperaba que la desaceleración económica, que se ha prolongado más de lo deseado, tuviera un efecto negativo en la tasa de desocupación y que las empresas no tuvieran la capacidad de producir todo el trabajo que normalmente se demanda en los tiempos de crisis.
Todo esto partiendo de que sectores como la construcción, la industria y el comercio, que son grandes generadores de empleo llevan más de un año con cifras en rojo y aunque ya dan señales de recuperación, todavía falta tiempo para que todo vuelva a la normalidad. No obstante, la realidad vigente es que se está aguantando y la desocupación sube, pero a un ritmo muy lento.
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Según el Dane, con corte a julio la desocupación laboral se ubica en 9,9%; dato que marca una alza respecto al 9,6% obtenido en el mismo período del año pasado. Así mismo, si se tiene en cuenta que en junio este indicador estaba el 10,3%; queda sobre la mesa una ligera contracción en las cifras.
Retos vigentes
A primera vista pareciera que todo está bien y que tan pronto como arranque la reactivación, se dejará atrás esta tendencia poco favorable, sin embargo, al revisar las cifras con detenimiento y en un lapso más ámplio, se aprecia que hay tres frentes que requieren atención urgente, ya que el poco deterioro del mercado laboral se concentra allí, afectando principalmente a las mujeres y los jóvenes.
Lo primero que hay que decir es que la informalidad no da tregua y que durante el lapso mayo – julio se ubicó en 55,9%, que en cuentas simples es 0,1% menos de lo visto en ese mismo espacio del 2023. Así las cosas, el número de colombianos que tienen trabajo, pero que no gozan de todos los beneficios de ley se mantiene en los mismos cinco de 10 que se reporta desde hace más de dos años.
“Para las 13 ciudades y áreas metropolitanas, esta proporción fue 41,9%, lo que representó un aumento de 0,3 puntos porcentuales respecto al trimestre móvil mayo – julio 2023 (41,6%). Para el total de las 23 ciudades y áreas metropolitanas, la proporción de informalidad se ubicó en 43,1% y en los centros poblados y rural disperso la informalidad quedó en 84,0%”, dijo el Dane.
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Esto quiere decir que se está generando empleo, pero no de calidad. Esta situación, según los expertos, se traduce a la larga en el repunte de flagelos como la pobreza y la ampliación de brechas sociales. Por ciudades, Sincelejo (65,8%), Montería (61,4%) y Riohacha (61,1%) tienen los índices más altos, mientras que la menor proporción se dio en Manizales (34,2%), Bogotá (34,6%) y Tunja (38,7%).
Mujeres y jóvenes
Para hacer frente a la lenta recuperación y la falta de un plan de reactivación que acelere el crecimiento del PIB, por lo menos a niveles competitivos frente a los demás países de América Latina, las empresas están dejando únicamente los puestos de trabajo estrictamente necesarios y esto ha golpeado principalmente a las mujeres y a los jóvenes, quienes estarían siendo los primeros sacrificados.
Para el caso de los jóvenes, el Dane informó que este sector de la población representa casi el 25% del total de colombianos que ingresaron al renglón de población desocupada, tras marcar un repunte de 25.000 ciudadanos respecto al 2023. Hoy por hoy, son más de 748.000 los colombianos entre 15 y 24 años que no cuentan con un trabajo.
“Durante el trimestre móvil mayo – julio de 2024, la tasa global de participación (TGP) de la población joven en el total nacional fue 55,7%, registrando un aumento de 0,2 puntos porcentuales (p.p.) en comparación con el mismo periodo del año anterior (55,5%). La tasa de ocupación (TO) para el total de personas entre 15 y 28 años fue 46,1%, presentando una disminución de 0,2 p.p. comparada con el 2023 (46,3%)”, dice el más reciente reporte.
En lo que concierne a los ‘NiNi’, que son los jóvenes que no estudian, ni trabajan, las autoridades estadísticas señalaron que en el lapso medido, esta población fue de 2.597 miles de personas. “Esto representó el 23,1% de las personas en edad de trabajar para dicho rango de edad. Por sexo, esta relación para los hombres fue 7,8% y para las mujeres fue 15,3%”.
Brecha de género
En las cuentas del Dane para julio, sin duda alguna las mujeres fueron las que llevaron la peor parte, reafirmando la idea de que la pérdida de puestos de trabajo las tiene como principales víctimas en medio de la marcada desaceleración, ya que marcan datos negativos en tres de los cuatro grupos poblacionales revisa el Dane por edades y constituyen más del 90% de los empleos perdidos durante el último año.
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Explicado de una forma más sencilla, mientras la desocupación para los hombres se redujo en 20.000 unidades, para las mujeres subió en 121.000. Revisado por rangos de edad, las cuentas muestran que hay 29.000 mujeres más desempleadas entre los 15 y 24 años y 95.000 entre 25 y 54 años. Estos mismos espacios para los hombres marcaron caídas de 4.000 y 21.000 respectivamente.
“Para el trimestre móvil mayo – julio 2024, la tasa de desocupación para las mujeres fue 12,6% y para los hombres 8,3%. La mayor brecha en la tasa de desocupación entre mujeres y hombres por dominio geográfico en el trimestre móvil mayo – julio 2024, se presentó en Centros poblados y rural disperso con 6,9 puntos porcentuales, seguido de otras cabeceras con 6,2 puntos y ciudades principales con 3,9 puntos”, dijo el Dane.
Mirando por sectores, las cuentas señalan que las ramas de actividad con mayor número de mujeres ocupadas fueron Comercio y reparación de vehículos, Administración pública y defensa, educación y atención de la salud humana y Actividades artísticas, entretenimiento, recreación y otras actividades de servicios.