América Latina, caracterizada por sus niveles de desigualdad, se enfrenta a desafíos económicos significativos, siendo la informalidad laboral uno de los obstáculos más prominentes y constituye una realidad de la que Colombia tampoco es ajena.
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Según Marcela Eslava, profesora titular de la Universidad de los Andes, la región tiene tasas de pobreza del 30% y niveles de informalidad que rondan el 50%. Estos problemas fueron discutidos durante la plenaria “Businesses, Development and Jobs in Latin America”, donde expertos, convocados por Eafit, se reunieron para abordar posibles soluciones.
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Eslava, una Ph.D. en economía, presentó resultados de su investigación que se centra en las relaciones entre las dinámicas empresariales, la productividad y las regulaciones laborales. Se destacó que gran parte de los desafíos empresariales en la región están arraigados en un sistema de seguridad social disfuncional. Se señaló que las empresas modernas enfrentan costos laborales elevados destinados a financiar la protección laboral y social, lo que afecta tanto a empleadores como a empleados.
Informalidad.
Archivo EL TIEMPO
En muchos países latinoamericanos, alrededor de la mitad de los trabajadores ganan menos del salario mínimo debido a la informalidad laboral. En el caso del empleo formal, las contribuciones patronales a la seguridad social por empleado son notoriamente altas. Sorprendentemente, las grandes empresas del sector solo generan el 30% del empleo, mientras que el resto se distribuye principalmente en el autoempleo y emprendimientos, en su mayoría representados por pequeñas y medianas empresas.
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Agregó que en Colombia, por ejemplo, quienes se emplean por cuenta propia tienen ingresos en su mayoría por debajo del salario mínimo.
“La heterogeneidad dentro del sector moderno plantea dilemas significativos, ya que existen barreras que favorecen a las empresas menos productivas, afectando así el crecimiento económico. Esto se debe a que las empresas menos productivas son más grandes de lo que deberían ser en comparación con las más productivas, una diferencia que encuentra su origen en la capacidad de innovar”, dijo Eslava.
Marcela Eslava, decana de Economía de la Universidad de los Andes.
Marcela Eslava
Esta académica también resaltó que la incapacidad de la región para generar empleos de calidad impacta negativamente en su desarrollo económico, al tiempo que sugiere que se puede empezar por el aumento del capital humano, el fortalecimiento de la capacidad empresarial y la implementación de un sistema de seguridad social funcional.
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También destacó la importancia de tener regulaciones laborales que no obstaculicen la actividad empresarial moderna.
“El desafío para América Latina radica en superar estas barreras estructurales, promoviendo políticas que fomenten la productividad empresarial y la generación de empleo de calidad. La creación de un entorno propicio para el desarrollo empresarial y la mejora de las condiciones laborales son elementos cruciales para abordar la informalidad laboral y promover un crecimiento económico más inclusivo en la región”, concluyó.
DANIEL HERNÁNDEZ NARANJO
Portafolio
