Uno de los discursos que se ha acentuado en el país durante los últimos meses, relacionado con el mercado laboral, es que el sector agrícola y el Gobierno (regional y nacional), son los principales generadores de puestos de trabajo en esta coyuntura en la que la desaceleración le ha restado fuerza a renglones importantes de la economía como la industria, el comercio y la construcción.
Esta dinámica, en la que administración pública y actividades primarias se muestran erráticas en la creación de trabajo mientras que los analistas y el mercado en general piden que se ponga en marcha un plan de reactivación, llevó a que desde el Observatorio del Mercado del Trabajo y la Seguridad Social de la Universidad Externado se hiciera una revisión del tema, encontrando que esta teoría no es del todo cierta.
Más noticias: Los siete acuerdos que destrabaron el camino a la reforma al sistema de transferencias
En su informe, “¿Dónde trabajan los colombianos?”, estos expertos hicieron zoom al comportamiento del empleo por ramas de actividad y desagregaron la información según características demográficas y socioeconómicas de la población, encontrando que el empleo generado desde el sector oficial no está entre los tres más importantes.
Andrés Escobar, integrante del Observatorio, contó que las tres principales ramas de actividad económica que jalonan el nivel de ocupados en el país son comercio al por mayor y al por menor, y reparación de vehículos automotores y motocicletas con un 17,5% del total; seguido por agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca con un 14,4% y las industrias manufactureras con un 10,6%.
De esta forma se comprueba que efectivamente el campo y sus labores están ocupando cada vez a más colombianos, lo cual no sucede igual con el Estado en general y que si bien hay una gran cantidad de empleo para mujeres, éste se está generando en labores domésticas o actividades de baja remuneración.
“A cuatro dígitos, las actividades que mayor peso tienen frente al nivel de ocupados totales de la economía son construcción de edificios residenciales, aportando 923.000 trabajadores, equivalente al 4% de ocupados, seguido por transporte de pasajeros con 867.000 mil, siendo el 3,8% y actividades de los hogares individuales como empleadores de personal doméstico” sumando el 3,1% de la totalidad con 698.000 trabajadores. Después se encuentra el expendio a la mesa de comidas preparadas y las actividades de apoyo a la agricultura; ambas con un 2,9%”, sentenció Escobar.
Escobar agregó que “por género, encontramos que las clases que más mujeres ocupan son las actividades de los hogares individuales como empleadores de personal doméstico, con un total de 640.000 mujeres, seguido por otros tipos de expendio de comidas preparadas y el expendio a la mesa de comidas preparadas con 443.000 y 440.000 trabajadoras respectivamente”.
Lea también: Llaman al presidente de Ecopetrol a rendir cuentas por inasistencias al Congreso
Otro sector que llama la atención es el de limpieza general interior de edificios, ya que las cifras del Dane muestran que emplea a 429.000 mujeres.
Una lectura errónea
Las cuentas de la Universidad Externado hicieron una revisión especial de la división administración pública y defensa, educación y atención de la salud humana, que representa un 12% de los ocupados; ya que para ellos se está haciendo una lectura errónea sobre su distribución y aporte real a la hora de generar empleo.
Stefano Farné, director del Observatorio de Mercado Laboral, explicó que si bien muchos análisis asimilan estos trabajadores con los empleados del sector público, esta división incluye, además de la defensa y planes de seguridad social de afiliación obligatorio, el empleo en sectores como la educación y de actividades de atención de la salud humana y de asistencia social, que en su mayoría son desarrolladas por empresas privadas.
“Partamos de que de los casi 2,8 millones de trabajadores de la división Administración Pública y defensa, educación y atención de la salud humana, solo un 33% son empleados públicos. En otras subramas o divisiones, muchas empresas privadas también operan. Por ejemplo, no todos los colegios ni hospitales son públicos, ni toda la atención en salud está a cargo de funcionarios del sector público”, indicó este docente.
Para lectura: Dólar en Colombia subió este lunes, impulsado por la caída de los precios del petróleo
Para entender un poco mejor el comportamiento real del empleo público (generado únicamente por los gobiernos regionales y municipal), estos analistas revisaron la población cotizante y no cotizante a un fondo de pensiones por tipo de trabajador entre 2021 y 2024 y encontraron que en muchos casos hay más una reducción de puestos generado.
Por ejemplo, si se compara el mes de julio (reporte más actualizado), con el mismo período de los tres años inmediatamente anteriores, se encuentra que hay una caída de más de 80.000 frente al 2021 y de más de 70.000 si se compara con el 2022. No obstante, al contrastar con el 2023; hay que decir que se registra un crecimiento de más de 15.000 puestos de trabajo, sólo en el sector oficial.
Así las cosas, el profesor Stefano Farné sostiene que se podría tomar como un error el hecho de que el Gobierno tome el crecimiento en la categoría amplia de administración pública, educación y salud como un indicador de creación de empleo público; puesto que su representación real en este renglón no supera llega al 35%.
“Por el contrario y esto sí vale la pena destacar, tenemos que el empleo en el sector asalariado privado sí está creciendo o estaba creciendo entre el 2% y el 4%, impulsado en gran parte por las empresas privadas, especialmente en las áreas formales. Esto si bien para algunos es aceptable, nos debe llamar la atención”, indicó Farné.
Por último, este analista cerró advirtiendo que en los últimos meses la creación de empleo formal se ha desacelerado, mientras que el empleo informal ha aumentado, en especial en trabajadores independientes o por cuenta propia, lo que preocupa ya que revela una tendencia hacia la informalidad; que requiere acciones urgentes por parte de las autoridades y la puesta en marcha de un plan de reactivación.
A esto se deben sumar los llamados que se han hecho desde diversos centros de análisis económico, para que se pongan a andar cuanto antes aquellos motores de la economía que llevan mucho tiempo en rojo y no se dependa de sectores como la administración pública, en la que no se descarta una contracción, dados los recortes de gasto que viene realizando el Gobierno Nacional.