En 40 años, la institución de educación superior Área Andina le ha apuntado a una transformación donde se potencia lo humano en el mundo digital. Su rector, José Leonardo Valencia, habló sobre desarrollos que han gestionado, transformaciones a lo largo de lo años y de un modelo educativo basado en la felicidad.
¿Qué transformaciones han tenido en 40 años?
Iniciamos operaciones como institución tecnológica en 1983. Arrancamos con unos dolores duros por temas económicos, pero después de 10 años, en 1993 pidieron al Ministerio que se transformara en una institución universitaria. Esa tipología hoy la mantenemos.
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Hemos querido hacer la transformación a universidad y estamos en ese camino, porque hay normativas que nos llevaría a perder unas cosas como los reconocimientos de calidad.
Hemos llegado a ser la cuarta institución privada más grande de Colombia y la tercera privada más grande en virtualidad. A nivel de posgrados, somos la más grande con 7.000 estudiantes inscritos en nivel de especialización en el país. Seguimos acreditados de alta calidad pero multicampus, en toda la oferta nacional.
¿Cuáles son los hitos del Área Andina?
Uno de los retos e hitos más grandes fue la apuesta en región. Quisimos llegar a comunidades donde la educación no es fácil o donde no se encuentra la calidad y pertinencia en territorio.
Comenzamos a apostarle a la distancia tradicional y fuimos líder. En el 2010 le apostamos a la virtualidad porque vimos una oportunidad de formación mediada por la tecnología. Llegamos a estos territorios transformándolos, para generar balance económico y social a través de profesionales que tengan pertinencia.
Le apostamos a ser una universidad disruptiva en la formación a través de metodologías como la virtualidad, la distancia, la presencialidad y todas ellas mediadas por el modelo híbrido.
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¿Cómo abordan los retos?
Uno de los retos es la presencialidad que no va a perderse, pero este modelo tiene que cambiar hacia el humano. Hay un proceso de deshumanización, porque debemos volver a la esencia y a lo sencillo.
Los jóvenes hoy buscan trabajar en algo que sea práctico, donde lo que aprendan lo puedan aplicar realmente. A veces formamos, pero no hay empleo. Se debe entender que el mundo es cambiante. La educación tiene que transformarse y responder a una nueva empleabilidad.
¿Y la educación para el trabajo?
Hoy en día no pesa tanto de dónde se viene, sino lo que se sabe hacer. Tenemos que adaptar a las personas a la transformación tecnológica. Muchos oficios podrían desaparecer, pero también se van a crear muchos empleos.
¿Cuántos estudiantes tiene el Área Andina?
Somos de las instituciones universitarias colombianas que más ha crecido en los últimos años. A 31 de diciembre de 2023, contábamos en el país con 38.250 estudiantes matriculados, aumentando en 1.850 el número de matriculados con los que finalizamos en 2022, siendo de las pocas instituciones de educación superior que no ha decrecido, sino que se mantiene y además aumenta su población.
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El éxito se debe a la mixtura en la oferta académica, lo cual también se refrenda a través de su apuesta en región y su apuesta del Sello Areandino, en el cual el centro de la actividad y el protagonista principal del modelo es el estudiante.
Con la apuesta a la expansión internacional, actualmente contamos con una población de 18.000 estudiantes, lo que supone un total de 56.250 inscritos en Latinoamérica.
¿Tienen presencia fuera de Colombia?
Sí, en Panamá la institución tenemos presencia en la Universidad del Istmo, con 11.000 estudiantes inscritos, y en Costa Rica, en la Universidad San Marcos, con 7.000 matriculados, lo que da un total de 18.000, a cierre del 2023. Ambas instituciones se encuentran acreditadas en alta calidad.
¿Cómo está la permanencia y los ingresos?
Tenemos tasas alrededor del 93%, solo el 7% no continúa. Además nuestro ingresos están cercanos a los $450.000 millones, que son para cubrir la operación, para becas, auxilios y para invertir en tecnología.
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¿Cómo ven la reforma a la educación?
Actualmente hago parte del consejo directivo de Ascun, asociación con más relevancia entre las instituciones de educación superior en Colombia. Hemos venido trabajando de manera conjunta con el Ministerio de Educación en las dos principales iniciativas, la Ley Estatutaria, y la segunda, la reforma a la Ley 30.
Respecto a la Ley Estatutaria la hemos apoyado con el fin que el nombrado derecho a la educación contemplado en esta ley tenga el sustento para que lo que se vaya a realizar por parte del Gobierno, en cuanto a generar mayor cobertura, y que tenga presente que Colombia tiene un sistema mixto, con universidades públicas y privadas, y por lo tanto se garantice en ambas.
¿Cómo funciona su concepto de felicidad?
Desde 1994 empecé a trabajar en ese concepto, junto con experiencias que tuve en el exterior. Creamos una política con bases del positivismo para que los jóvenes tengan las herramientas para construir un mejor futuro, siendo resilientes.
DIANA K. RODRÍGUEZ T.
Periodista de Portafolio
