Esta semana se conoció el borrador de la reglamentación para la reforma pensional, que elabora el Ministerio del Trabajo, y entre los diversos elementos nuevos que trae este documento, hay uno que llama la atención por las implicaciones que podría tener en los fondos de ahorro pensional y en la estabilidad fiscal del sistema.
Se trata de la posibilidad de renunciar al régimen de transición, una figura creada para que aquellos que tengan 750 semanas cotizadas en el caso de las mujeres y 900 semanas para los hombres al 1 de julio de 2025, se les respeten los derechos adquiridos durante los últimos años, bajo las reglas de la Ley 100 de 1993.
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“La persona beneficiaria del régimen de transición establecido en el artículo 75 de la Ley 2381 de 2024 podrá optar por la aplicación preferente del Sistema de Protección Social Integral para la Vejez, Invalidez y Muerte de origen común de resultarle más favorable”, dice el borrador de decreto al respecto.
¿Quiénes se podrían acoger?
Aunque la propuesta de reglamentación dice que este cambio es para todo el que esté cobijado por el régimen de transición desde mitad de año, varias consultas hechas por Portafolio pusieron sobre la mesa que no es conveniente en ciertos casos y que sus impactos recaerían principalmente en madres cabezas de familia y mujeres de bajos ingresos salariales.
En primer lugar estarían las mujeres que son madres, especialmente aquellas con tres hijos, a quienes les podría convenir acogerse a esta figura, debido a las reducciones en el requisito de semanas cotizadas, teniendo en cuenta que la reforma ya contempla una disminución de semanas para ellas, lo que hace que la transición no sea tan determinante en su caso.
Madres cabeza de hogar.
Archivo EL TIEMPO
Otro grupo son las mujeres que ganan un salario mínimo. Esta población, particularmente si tienen hijos, se beneficiaría de la reducción de semanas establecida en la reforma, dado que para ellas, el régimen de transición podría ser menos atractivo, ya que su acceso a la pensión bajo las nuevas condiciones sigue siendo favorable.
¿Fondo público o privado?
Uno de los elementos que vale la pena revisar con los cambios que se vienen para este año en materia pensional, es que la reforma establece una disminución progresiva en los requisitos de semanas cotizadas para mujeres en ambos regímenes, pero en los fondos privados siempre se exigen menos semanas que en Colpensiones.
En este sentido, los analistas que hablaron con este medio explicaron que esto significa que, para algunas mujeres, mantenerse en el fondo privado podría ser más conveniente que acogerse a la transición; mientras que para otras habría que revisar sus casos con detenimiento y la proyección de ingresos y beneficios.
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Por ejemplo, las mujeres en Colpensiones ven una reducción de 25 semanas por año hasta llegar a 1.000 semanas en 2035, mientras que en los fondos privados hay una tabla de reducción progresiva que las lleva a necesitar menos semanas antes de 2035, lo que podría hacer que algunas mujeres prefieran permanecer en el fondo privado.
En definitiva, el impacto de esta decisión varía según el nivel de ingresos, puesto que para mujeres con sueldos altos, la conveniencia de renunciar a la transición depende de su situación individual. Así las cosas, vale la pena tener presente que renunciar a la transición no es una decisión automática, sino que requiere evaluar cada caso con detenimiento.
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Quienes quieran acogerse a este cambio, deberán manifestarlo por escrito y sin condicionamiento alguno ante la respectiva Administradora, dejando claro “su voluntad de renunciar absolutamente al régimen de transición establecido en el artículo 75 de la Ley 2381 de 2024, así como su voluntad de acogerse integralmente al Sistema de Protección Social Integral para la Vejez, Invalidez y Muerte de Origen Común”.
Por último, la posibilidad de renunciar al régimen de transición ha generado debate, ya que quienes lo hagan deberán acogerse a las nuevas reglas del sistema, afectando el cálculo de su pensión, la edad y semanas requeridas, y los beneficios disponibles; mientras que los expertos advierten que permitir esta renuncia podría generar presiones fiscales innecesarias, ya que algunos optarían por una renta vitalicia en el sistema solidario, reduciendo los aportes programados a corto y mediano plazo.
