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Cada cliente de Iberia puede elegir qué trayectos quiere compensar, si uno o varios del total de los vuelos realizados
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En la carrera contra el cambio climático, el dorsal de la descarbonización parte con ventaja. Es la mejor estrategia para acelerar la transición energética que el planeta necesita y revertir los efectos del calentamiento global. De ahí que nadie ambicione llegar solo a la línea de meta, sino todo lo contrario. No gana quien la cruza en solitario, sino quien lo hace cuanto más acompañado, mejor. Más en un momento en el que el objetivo de evitar que la temperatura del planeta aumente por encima del 1,5°C parece cada vez más difícil de asumir.
Que China, India y Rusia, tres grandes emisores de CO2, hayan dado la espalda a la cumbre del clima celebrada en Egipto es un ejemplo de lo extremadamente importante que es sumar fuerzas y lo fácil que es perder efectivos. En este escenario, cobra especial importancia el esfuerzo que hacen muchas compañías para cumplir con lo que ese límite de seguridad térmico exige.
El avión utilizado en cada vuelo es uno de los factores que determina la huella de carbono. Iberia ha renovado su flota, incorporando los aviones más avanzados y eficientes que hay en el mercado
Iberia es una de ellas, conjurada en alcanzar emisiones netas cero en 2050 a través de la implementación de la estrategia FlightPath Net Zero, la aerolínea estrena un programa de compensación de emisiones para clientes que se suma al que ya tiene operativo para empresas. Se llama CO2labora, un espacio de cooperación donde brindan a sus clientes la posibilidad de volar con emisiones netas cero y acercarse un poco más a sus dos grandes objetivos a medio y largo plazo: reducir un 20% las emisiones netas en 2030 y alcanzar las emisiones netas cero en 2050, respectivamente. Un desafío que en ningún caso se transfiere al cliente, sino que se comparte al abrigo de una máxima aplicable al calentamiento global: “si quieres llegar rápido ve solo, si quieres llegar lejos, ve acompañado”.
Mientras el horizonte 2050 no llega, la aerolínea ha hecho posible que los clientes que decidan compensar su huella de carbono -medida en emisiones de CO2 – puedan hacerlo en cualquier momento. De hecho, cada cliente de Iberia puede elegir también qué trayectos quiere compensar, si uno o varios del total de los vuelos realizados. Para ello, el primer paso es averiguar cuál es la huella de carbono asociada a su trayecto a través de la calculadora de huella de carbono facilitada por Iberia en su web. Una manera fácil de conocer en apenas unos segundos las emisiones de un viaje, según el tipo de avión, la meteorología, el tipo de cabina y la eficiencia de las operaciones.
Iberia se compromete a alcanzar emisiones netas cero en 2050 a través de la implementación de la estrategia FlightPath Net Zero
Para llevar a cabo CO2labora, Grupo Iberia ha trabajado de la mano con CHOOOSE, participante en el programa Hangar 51 de IAG para la aceleración de start ups, con quien ya estrenó en abril el programa de compensación para clientes corporativos. Automáticamente, la aplicación calcula el equivalente de inversión monetaria para su compensación a través de los dos proyectos climáticos certificados que ofrece Iberia.
Uno de ellos está ubicado en Izabal, en la costa caribeña de Guatemala, un área de invernada y parada para más de 120 especies de aves migratorias, lo que la convierte en un oasis de biodiversidad. Al escoger compensar en este programa, se promueve la creación de nuevas reservas naturales y el mantenimiento de los bosques naturales existentes que están amenazados por la deforestación y las actividades insostenibles de uso de la tierra. Es decir, se genera un espacio protegido que actúa de sumidero natural de CO2 . No solo eso, las aportaciones de los pasajeros que compensan su huella sirven para proteger los ecosistemas agroforestales y favorecer el crecimiento del ecoturismo, además de proporcionar recursos para vigilar la zona y apoyar los programas de desarrollo de la comunidad.
El segundo de los proyectos certificados con el que pueden colaborar los clientes de Grupo Iberia se desarrolla en el borde de la selva amazónica peruana. Allí, siete comunidades indígenas pertenecientes a las etnias shipibo-conibo y cacataibo asentadas alrededor del río Ucayali gestionan un área de 119.837 hectáreas de selva tropical. Este programa apoya el desarrollo en el territorio de empresas socialmente inclusivas, fomenta el uso adecuado de las tierras comunales y favorece la creación de capacidades para la gestión de los recursos naturales.
Conscientes de su impacto ambiental, los esfuerzos de Iberia están puestos en no tener que elegir entre viajar o cuidar el planeta. En este contexto, la compensación de la huella de carbono es una herramienta más sobre la que Grupo Iberia está armando su estrategia para avanzar en la descarbonización del sector aéreo y que se está desarrollando sobre cuatro pilares.
En primer lugar, la transición ecológica del sector aéreo, donde se incluyen todas las iniciativas de renovación de flota, operaciones más eficientes y utilización de combustibles sostenibles de aviación, entre otras iniciativas. De hecho, en 2011 Iberia realizó el primer vuelo con biocombustible en España y en noviembre de 2021 lo hizo el primer vuelo con combustible producido en España a partir de residuos.
Iberia fomenta el desarrollo de combustibles sostenible para la aviación
Su compromiso es operar el 10% de sus vuelos en 2030 con combustibles sostenibles de aviación (SAF, por sus siglas en inglés), producidos a partir de materias primas de origen renovable, ya sea biomasa (biocombustibles) o energía eléctrica renovable (electrocombustibles o combustibles sostenibles sintéticos). Los SAF generan hasta un 80% menos de emisiones que los combustibles tradicionales desde el punto de vista de análisis de ciclo de vida, es decir, desde su producción hasta su consumo final. Son, junto a la renovación de los aviones, puntales para la transición energética del sector de la aviación.
Aunque no son los únicos. La creación de una experiencia de viaje más sostenible para los clientes, a través de la digitalización de servicios, la eliminación progresiva de plásticos a bordo, el desarrollo de su sistema de gestión de residuos y la compensación de la huella de carbono propuesta en CO2labora también ayuda, y mucho. Tanto como la formación, sensibilización y participación en materia de sostenibilidad de los empleados de Iberia, con el objetivo de convertirles en embajadores de su estrategia en todo el mundo.
Los equipos eléctricos hacen la operación de Iberia más eficiente
Pocas cosas hay más intangibles en el imaginario colectivo que la huella de carbono. En el sector de la aviación, aterrizar -nunca mejor dicho- esa huella y darle algún tipo de forma que pueda dotarle de la importancia que tiene su papel en el calentamiento global es uno de los objetivos conseguidos por la calculadora de huella de carbono desarrollada por Iberia.
Para hacerlo, se extrae una media de los vuelos operados por Iberia en esa ruta teniendo en cuenta cuatro variables. En primer lugar, el tipo de avión utilizado. Es uno de los factores que determina la huella de carbono. De hecho, Grupo Iberia está renovando su flota e incorporando los aviones más avanzados y eficientes que hay en el mercado.
En los primeros nueve meses del año, Iberia ha añadido a su flota once aviones más eficientes y más respetuosos con el medio ambiente. En segundo lugar, la calculadora tiene en cuenta las condiciones meteorológicas como un factor clave para obtener una huella de carbono lo más real posible. No es lo mismo, por ejemplo, volar con viento en contra que a favor. En tercer lugar, se analiza la eficiencia de las operaciones de vuelo y otras variables, como el peso del avión, que afectan a la sostenibilidad del viaje. La última variable que se conjuga es el tipo de cabina, ya que la huella de carbono también varía si el cliente vuela en Turista, Turista Premium o Business.
Pongamos que un ejecutivo realiza cada semana el mismo viaje. Por ejemplo, un puente aéreo que une el Aeropuerto Barcelona-El Prat Josep Tarradellas con Madrid Barajas. Con una distancia de 1.229 kilómetros, la huella generada es de 138,83 kg CO2 emitidas. Para revertir su efecto, la calculadora estima en 3,01 euros el precio que cuesta compensar esa huella en los proyectos de Perú o Guatemala, algo que los clientes de Iberia e Iberia Express pueden activar en cualquier momento, al finalizar el proceso de compra, pinchando sobre “Compensa tu huella” o una vez realizado el vuelo, entrando en la sección de Sostenibilidad de las webs iberia.com e iberiaexpress.com.
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